Desde el MWC25 en Barcelona, Evan Blair, CEO y fundador de Multiverse, ha puesto de relieve una preocupante realidad: los ejecutivos de las operadoras suelen carecer de la información necesaria para tomar decisiones efectivas, a pesar del aluvión de datos que inunda sus empresas. Durante una conversación con Brendan Gaffey, co-líder global para TMT en McKinsey & Company, Blair subrayó que los directores de datos frecuentemente se quejan de que sus equipos están sobrecargados con solicitudes para crear más paneles informativos para análisis básicos, lo que les impide dedicarse a tareas más innovadoras, como desarrollar modelos lingüísticos propios sobre grandes modelos lingüísticos existentes.
El CEO argumentó que las empresas no pueden comenzar a abordar la inteligencia artificial (IA) de manera significativa hasta que no resuelvan adecuadamente el tema de la alfabetización de datos.
Multiverse se presenta como una startup tecnológica dedicada a capacitar a las personas en el trabajo para mejorar su rendimiento y aumentar el acceso a oportunidades económicas. Según Blair, la formación corporativa ha evolucionado desde ser un beneficio para los empleados hasta convertirse en un beneficio empresarial, asumiendo responsabilidades los consejos de administración, así como los CEOs, CTOs y CIOs.
Blair enfatizó la necesidad de que las empresas inviertan en su personal, sugiriendo que esto podría cambiar la percepción negativa hacia la inmigración en economías importantes y mitigar el rechazo hacia ciertos aspectos de la globalización y la externalización.
En el ámbito educativo, el CEO destacó un problema significativo: los estudiantes que reciben tutoría personalizada rinden dos desviaciones estándar por encima de aquellos que no tienen acceso a ella. En este sentido, Blair explicó cómo la IA puede ayudar a superar esta brecha al ofrecer a todos acceso a tutores personalizados capaces de entender el contexto único de cada rol.
Finalmente, al referirse a las ganancias en eficiencia, Blair observó que el mundo aún no ha experimentado un impacto material en la productividad “a pesar del avance implacable” de las herramientas software. Esta situación plantea interrogantes sobre cómo las tecnologías emergentes pueden ser aprovechadas efectivamente para mejorar resultados tangibles en las organizaciones.