Daniel Muñoz | Martes 05 de febrero de 2013
Ya voy oyendo demasiadas veces que
nuestro TC sólo se lee los escritos de ETA o de los nacionalistas. Qué rápido va este
Tribunal cuando al poder le Interesa. Luego dicen que no es Independiente. Pero
al menos en esta ocasión ha dicho que sí
se va a leer lo del euro por receta y también
ha accedido a suspender la medida. Con ello se olvida del copago, que ya
lleva un año en vigor. Hoy mismo se ha publicado que se vende un 5% menos de
medicamentos, y que varias farmacias están cerrando en Castilla y León. Esto de las recetas y los copagos no termina de
solucionarse porque no se cambia una costumbre demencial. Lo surrealista de la
situación lleva camino de convertirse en un auténtico irish bull. Y ya veremos lo
que dice o bendice el TC.
Se
ha puesto de moda recientemente un tipo de restaurante chino en el que a uno le
pesan la comida y si no se la come, tiene que pagar la diferencia en peso. Lógicamente en el restaurante en cuestión no
le obligan a uno a recoger más comida de la que uno necesita. También tengo
entendido que a pesar de no ser un modelo en esto de sanidad pública, en muchos
lugares de Norteamérica si a uno le recetan seis pastillas, uno recibe un bote
con seis pastillas y paga por un bote por seis pastillas, y no por doce. Lo
cierto es que en las neveras y las cómodas de los españoles siempre hay
medicamentos almacenados, la mayoría empezados, no terminados y caducados; cuando no debería haber
prácticamente ninguno. Y en fin, siempre
me ha parecido de locos que uno tenga recetada una pastilla de lo que sea para
su dolencia durante una semana, y el medicamento que compre en la farmacia le
valga para un mes.
Si
no quieres caldo, toma dos tasas, así, sin "z". Como en casi todo lo demás que
ocurre en España, la clave no está en pagar más para perpetuar un mal sistema,
sino en quitar el polvo al que existe para que se pueda hacer razonable. En
fin, acabar con el mal uso legalizado,
que justifica y precede en este caso a
un extendido abuso. El euro por receta y los copagos nos siguen obligando
a pagar por medicamentos que no vamos a consumir, y no favorece si no que deja
igual la maltrecha salud de los españoles, que en el cabreo general acabaremos
por llenar la despensa de ansiolíticos
contra la frustración por la adopción de medidas tan insensatas e
irracionales.
Rechácense
el euro recetado y los copagos si no se racionaliza el consumo. La presión
popular ha sido capaz de espabilar al Constitucional, pero si finalmente se declara nula la medida, no
dejaría de ser una gran vergüenza que las cosas quedaran igual. Está claro que el
problema no se soluciona si se deja como está, y seguiría actuando en contra de
la salud de los españoles, empeñados en favorecer la resistencia de los patógenos
a los antibióticos, la automedicación y la dependencia de todo tipo de fármacos.
Consulte a su farmacéutico, claro, porque le va a dar más antibiótico a Ud de
lo que el tratamiento médico dice.
Lo
más terrible es que el pueblo se haga oír en el Constitucional pero los
gobernantes no quieran escuchar ni actuar -una vez más- según el sentido común.
Si el consumo de medicamentos no se racionaliza y este despilfarro no se acaba,
empezaremos a preguntarnos por qué nuestros gobiernos le tienen tanto cariño a
las multinacionales del medicamento. Quizá sea que los partidos no tienen sólo a
sus ex altos cargos en las Direcciones de Bancos y grandes financieras, sino
que además también están instalados en los grandes laboratorios, convirtiendo a
la ciudadanía en un rebaño de rabiosas cobayas enfermas de sus consejos de
administración.
Daniel
Muñoz Doyague. Abogado y politólogo
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