Ernesto Sanz | Domingo 01 de marzo de 2015
Esta presidenta tiene memoria selectiva pero olvida qué es
lo más importante para los ciudadanos.
Lo peor de este, su último discurso, será cuando mañana,
lunes, los ciudadanos salgan a la calle y se encuentren de nuevo con la
Argentina real.
Un discurso sobre el estado de la nación argentina en el que
no se pronuncia la palabra inflación ni la palabra inseguridad ciudadana es
sencillamente una fantasía.
Cristina nos ha mostrado el retrato idílico de un país que
sólo existe en su cabeza. Pero mañana es lunes, y los ciudadanos regresarán a
su vida real, esa que la Presidenta desconoce. Es evidente que la señora
Presidenta no va al supermercado ni sale a la calle ni habla con nadie fuera de
su palacio. Lo mejor que podemos hacer es dar vuelta la página y pensar en el
futuro: una palabra que prácticamente no ha existido en este discurso dedicado
únicamente a aplaudirse a sí misma
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