Lunes 14 de enero de 2013
Luis Suárez, cantinero en la Fragata Libertad, en la que ha
estado trabajando cerca de 30 años, ha sido despedido por hablar con la prensa
contando su experiencia personal y por criticar cómo encaró la situación el
Gobierno argentino.
"Al concesionario de la cantina lo presionaron para que
me sacara, pero yo nunca falté a la verdad, aunque mis palabras no hayan sido
las más apropiadas para el Gobierno", aseguró Suárez al diario Clarin.
"Esto es una humillación tremenda, hace 28 años que
trabajo en el barco y me dieron un argumento infantil, me dijeron que por culpa
de mis declaraciones a TN casi peligra la liberación de la Fragata",
relató Suárez, quien ya había dicho a la prensa que las autoridades argentinas
tenían conocimiento de que viajar a Ghana suponía un riesgo, un rumor que se
oía en el barco y que Suárez expresó antes de prever que "me van a cortar
los pies y las manos por decir esto".
"El acto de Cristina fue bochornoso, no puede ser que
el Gobierno que con su negligencia dejó que el barco fuera retenido festeje 42
días después", se lamentó, y aseguró que la celebración del 10 de enero no
fue otra cosa que "un acto político".
"Me quedé sin nada", se sinceró el hombre que
había dicho que el embargo del buque había sido una puñalada en el corazón.
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