Por
Pascual Hernández del Moral.
viernes 13 de febrero de 2015, 09:57h
Anda el gallinero por aquí muy revuelto. Parece
que hubiera entrado en él la zorra, y las gallinas se agitan, cloquean, sacuden
violentamente las alas... en fin, qué te voy a contar a ti, camarada Venancio,
que lo estás viviendo entre nosotros. Quizás te sorprenda tanta agitación, si
tenemos en cuenta que en tu Cuba natal no se mueve una mosca, excepto cuando
les conviene a los hermanitos, en manifestación laudatoria de apoyo.
Aquí, aunque se diga que es un régimen
democrático el que nos gobierna, quizás no lo sea tanto. Por lo menos, ningún
`político´ renuncia a la mamandurria una vez que ha alcanzado una tética, por
muy poca leche que dé. Ahí tienes a Monedero, gran artista que ha alcanzado
gran predicamento, y que se niega a dar explicaciones claras sobre la teta de
la que chupa, y espera chupar más, por si la gente se da cuenta de las zurrapas
que tiene en los bolsillos. Éste, por lo menos, tenía (y creo que tiene)
profesión conocida: es profesor de la
Complu, no sé si titular o asociado, aunque con la actividad política
que desarrolla no sé si tendrá tiempo de atender sus obligaciones docentes... De
verdad, la figura de Monedero y del resto de la legión de Podemos tiene arrebatado
al personal.
La insigne Susana no ceja de darnos sermones en
los que el fundamento es que "el que la hace, la paga". Pues, hija mía, llevas
ya gobernando (y no es ironía) dieciocho meses, te ha saltado la porquería por
todos lados (ERE´S y cursos de formación, que sepamos) y, sí, mucho decir pero
poco hacer. En el último saque ordenado por Alaya, ¿cuántos van al cuartelillo? La lástima es
que el sistema nuestro judicial es garantista, y tal como entran por una
puerta, se les toma declaración y salen por la otra. Porque, ¿cuántos hay en el
trullo de todos los choros presuntos a los hasta ahora se les tomó "declaración"?
Probablemente quepan en los dedos de una mano. Pero así van las cosas, amigo
Venancio: la Susanita, habla que te habla, y los `presuntos´ en la calle. Y
Chaves, Grinán Mar Moreno y Zarrias, entre otros, en la sala de espera, no sé
para qué. Quizás para seguir comiendo, porque no creo que sepan hacer nada.
Lo que verdaderamente ha agitado desde ayer a
todas las gallinas ha sido la defenestración de Tomas Gómez. Te confieso,
querido Venancio, que nunca fue santo de mi devoción, y no por lo del tranvía
de Parla. Al fin y al cabo, qué son cien milloncejos más o menos. No debería escandalizarnos tanto el
asunto, cuando en Andalucía se han perdido cientos, y en cualquier parte que
rasques con la uña, te salen miles. No conozco bien su vida, pero tiene cara de
sufrir "vigorexia", o sea, de hacer pesas, correr, hacer bicicleta... todos los
días. Y como yo soy de natural tranquilo y holgazán, no me son simpáticos los
"macistes". Siento, de todas maneras, las formas de Pedro Sánchez: hombre,
tienes que procurar ser más suave, y levantar el menor polvo posible a estas
alturas de la película, porque el personal se pone muy nervioso. En cualquier
caso, ahora los socialistas están como todos: sin candidatos. Ni el PP, ni El
PSOE ni IU (ya sin la sin par y hermosa Tania) ni... Sólo hay un candidato
cierto, pero a Cardenal, que Su santidad nombrará próximamente: Monseñor
Blázquez, al que felicito desde aquí.
Oye, amigo Venancio, ¿no será que no piensan
presentarse ninguno a las elecciones? A lo mejor se les echa el tiempo encima y
deciden dejarlo para otra vez. Si fuera así, ¡qué bendición! Nos ahorraríamos
el coñazo de las campañas electorales, de las que vamos a acabar este año hasta
los mismísimos huesos (ojo: digo huesos, y no lo que quieras entender, Venancio
amigo).Y al fin y al cabo, tendríamos lo mismo, porque la mayoría son los
mismos.
Digo esto porque los que irán, van y han ido
son auténticos "profesionales" de la política, o sea, del no hacer nada. Mucho
ir al Congreso, al Senado, a los plenos municipales pero de hacer, poco o nada
la mayoría de ellos.
Oye, camarada Venancio: ¿sería mucho pedir que
los candidatos presentasen a los electores la Vida Laboral, expedida por el
Ministerio de Trabajo, para que supiéramos quién ha trabajado, cuántos años y
en qué? Así no nos quedaría la sospecha de que, aparte de calentar el asiento,
sirven para algo, cuando abandonen o le hagan abandonar "el servicio público".
¡Pero no caerá esa breva!
Pascual Hernández del Moral