Quien con niños se acuesta....
Por
Ismael Álvarez de Toledo
lunes 01 de diciembre de 2014, 16:07h
Este refrán de claras connotaciones
negativas, se refiere y alerta sobre las consecuencias que tiene el trato con
personas inmaduras en su comportamiento, o en la forma de actuar en la vida. Y
de eso va a tratar este artículo, que a estas alturas de la película, deberían
conocer y asimilar todos aquellos que tienen responsabilidades públicas y que,
de alguna manera, pueden ver en entredicho sus actuaciones en este sentido.
Llena en estos días la parrilla
informativa de los medios de comunicación las aventuras y desventuras de un
pillo al que han dado en llamar "El pequeño Nicolás", tomando el nombre de una
serie de libros infantiles del escritor y guionista francés, René Goscinny.
Aunque el personaje en cuestión se llama Francisco; Fran, para los amigos, lo
de pequeño Nicolás le viene al pelo, ya que la narración que nos hace Goscinny
es una parodia de la forma en que razonan y se expresan los niños, y el
personaje que nos ocupa, aunque ya no es tan niño, si que forma parte de esa
estructura infantil en que se toman las cosas reales como si se tratase de una
aventura.
Pero lo que muchos ciudadanos se
preguntan, o nos preguntamos, es el grado de veracidad que pueden tener sus
afirmaciones y la implicación directa o indirecta de las estructuras del Estado
en los titulares que genera dicho personaje. La división que se produce, a
favor y en contra, entre la opinión pública, viene dada del conocimiento que
cualquier persona pueda tener sobre el modo en que actúan los distintos departamentos
a los que acusa Fran, bien por haber trabajado en ellos, o bien a consecuencia
de la información de terceros.
Particularmente opino, con conocimiento
de causa, y que cada uno saque sus conclusiones, que nadie accede de manera
descontrolada y reiterada, al parque móvil de una institución, mucho menos a la
plantilla de la misma, donde los servicios se programan, a veces, con una
semana de antelación para fijar un cuadrante, en el que se establecen horarios,
turnos, vacaciones, ausencias y bajas
por determinados motivos, etc. Tampoco resulta fácil aparecer en el balcón de
la sede del PP en la calle Génova, el día que gana las elecciones Mariano
Rajoy, donde muchos lameculos darían la vida por aparecer, al margen de
ministros y ministrables, y que resultase tan sencillo para un chaval que
destaca entre los miembros de NNGG, nuevas generaciones, donde no era el único.
De igual forma, resulta totalmente
imposible pensar que cualquier ciudadano puede romper los círculos de seguridad
que se establecen en torno a la figura del Jefe del Estado, y más el día de su
proclamación como tal. Y objetar lo contrario, sería hacerle un flaco favor a
la seguridad del Estado y a los propios equipos de seguridad de la Casa Real,
por lo que me parecen desproporcionadas y carentes de toda lógica las
afirmaciones que se hacen desde esas Instituciones, que dan la sensación de no
haber sido contrastadas y que lo único que tratan, con premura, es frenar las
noticias que sacan los medios de comunicación.
A estas alturas de la película lo que me
queda meridianamente claro es que, sin restar credibilidad a quien afirma que
nada tiene que ver con el personaje de Nicolás, las afirmaciones se están
haciendo de manera descontrolada, precipitada y a escondidas, propias de quien
algo tiene que temer. Nadie ha tenido la voluntad y seriedad de plantarse ante
las cámaras y dar explicaciones, que nos merecemos, contundentes y firmes,
sobre los tejemanejes de un chaval "fantasioso" que ha puesto patas arriba la
seguridad de un país.
El Partido Popular, que es el más
perjudicado por esta historia -y ya lleva unas cuantas- debería ser el primero
en depurar responsabilidades, llamar a filas a todos los que han tenido trato
con Fran, asumir lo que les viene encima, y no esperar a los resultados de una
investigación interna, ya que lo que se encuentren, a posteriori, les puede
explotar en las narices. Seguramente "el pequeño Nicolás" no es consciente de
que a estas alturas ya le han volcado todos los datos de su móvil, incluso de
lo que tenga guardado en las famosas "nubes" en Internet, o quizás si, y por
ello hable con tanta vehemencia, acuse y dispare, contra unos objetivos que
apenas se mueven y que parecen más preocupados por crear una imagen de friki,
en torno a el, que en esclarecer la verdad, caiga quien caiga.
El resultado de todo este embrollo,
propio de Mortadelo y Filemón, saldrá a la luz en cuanto al pequeño Nicolás "le
pisen el callo", o se levante el secreto del sumario, mientras tanto, los
avezados escritores ya están montando una historia, que amparada en los
márgenes de la literatura, nos contará medias verdades, envueltas en medias
mentiras, pero por el bien de un país que ya tiene bastantes problemas,
deberían hacerse responsables los que algo hayan tenido algo que ver con el supuesto
impostor y, en adelante, aprendan del refrán.
Ismael Álvarez de Toledo
periodista y escritor
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com