A sus 87 años, José Sacristán, el niño que creció en una familia de labradores en Chinchón, continúa su recorrido por los teatros de España. Actuando con la maestría que lo caracteriza, mantiene un discurso político lleno de contrastes entre el optimismo y la melancolía. “No me gusta una mierda el mundo que nos está quedando. Recuerdo, evoco y añoro a la mujer que da nombre al teatro de Rivas: Pilar Bardem”, afirma en una conversación telefónica desde su hogar en Madrid.
A pesar de su edad, Sacristán revela que las giras teatrales no le agotan. Para él, cenar en ciudades ajenas después de cada función es uno de los placeres más importantes: “Si antes de la cena hay que hacer algo [la obra], se hace, pero lo importante es dónde se cena”. Tras cinco años interpretando a Miguel Delibes en ‘Señora de rojo sobre fondo gris’, ahora se embarca en una nueva aventura con ‘La colección’ de Juan Mayorga, junto a Ana Marzoa, Ignacio Jiménez y Zaira Montes.
Un nuevo desafío teatral
La obra fue estrenada en el teatro La Abadía de Madrid, un espacio al que Sacristán tenía muchas ganas de regresar. El próximo 31 de mayo, actuará en el auditorio Pilar Bardem, donde todas las entradas ya han sido vendidas.
¿Qué busca José Sacristán al elegir un papel? “Que me interese la historia, el personaje y la propuesta general con mis compañeros”, explica. Consciente del privilegio que tiene para elegir sus proyectos, destaca su trayectoria junto a grandes autores como David Mamet y Mario Vargas Llosa. Actualmente también trabaja en ‘Luces de bohemia’ para RNE y ‘Caminando con Antonio Machado’.
Ambición actoral
Cuando se le pregunta sobre la ambición en su trabajo, responde: “Me gusta mucho mi trabajo: lo que el espectador ve un día no haya ocurrido antes ni vaya a ocurrir después. Que esté vivo”. Asegura que no quiere caer en la trampa de la rutina profesional y predecible; busca siempre investigar y arriesgarse junto a colegas como Ana Marzoa.
“Lo que más me gusta de las giras es la cena. Yo hago giras para cenar.”
A pesar del agotamiento asociado a las giras teatrales, Sacristán asegura que no le cansan: “Pongo mis condiciones y se respetan: no voy a matacaballo”. Ahora realiza funciones únicas, algo muy diferente a los tiempos pasados donde había dos funciones diarias. “Lo más importante es la cena”, enfatiza con humor.
Reflexiones sobre su legado
Al reflexionar sobre cómo le gustaría ser recordado, comparte una anécdota conmovedora: “Un joven me reconoció y dijo: ‘Usted es el que hacía de reír en las películas antiguas’. Ese es mi legado”. Entre sus personajes memorables menciona al Pacífico de ‘Las guerras de nuestros antepasados’ y Don Quijote.
En cuanto al panorama político actual, expresa su descontento: “No me gusta una mierda. Recuerdo y añoro a Pilar Bardem”, refiriéndose a la situación política actual y al estado de la izquierda. Reitera su preocupación por el futuro del teatro y cómo ha cambiado desde sus inicios.
“Formamos parte de lo que se ha dado en llamar los optimistas melancólicos.”
A pesar del desencanto presente, José Sacristán continúa adelante con su pasión por el teatro. “Es mi oficio. Y si la madre naturaleza no muestra mayores inconvenientes, lo seguiré ejerciendo”, concluye con determinación.