Castilla y León es la tercera comunidad con más movilidad entre los trabajadores con discapacidad
lunes 11 de noviembre de 2013, 12:47h
Un total de 10.000 de las 150.000 personas con
discapacidad ocupadas que residen en España tuvieron que cambiar de
región en 2012 para poder trabajar, es decir, que el 6,4% de las
contrataciones a trabajadores con discapacidad implicó movilidad
interprovincial frente al 11,2% correspondiente al mercado laboral
nacional en España, según el eI Informe por la Diversidad' elaborado por
la Fundación Randstad.
Así, el estudio revela que el número de contratos que han generado
desplazamiento interprovincial en profesionales con discapacidad ha
experimentado un aumento del 3,7% en el último año, siendo la comunidad
autónoma con la tasa más elevada La Rioja, ya que el 15,4% del total de
sus contrataciones conllevó desplazamiento de sus trabajadores, seguida
por Castilla-La Mancha, con un 13,6%, y Castilla y León, y Navarra, con
una tasa de en torno al 8,3%
Por otro lado, el menor índice de movilidad se observa en Canarias
y Asturias, con un 2%, Baleares, con un 3,7%, y Extremadura, con un
4,1%.
El informe también indica que las comunidades autónomas con un
mayor volumen de contrataciones de personas con discapacidad son
Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana y que en todas ellas
su tasa de movilidad se sitúa a medio punto porcentual o menos de la
media nacional. Además, Madrid, Cataluña y País Vasco, son las que más
trabajadores reciben.
Atendiendo al saldo migratorio --diferencia entre profesionales
que entran en la región para trabajar y aquellos que deben emigrar para
incorporarse al mercado laboral--, destaca el saldo positivo de Madrid,
donde en 2012 entraron más de 1.750 trabajadores con discapacidad para
trabajar mientras 520 salieron, así como el de Cataluña y el País Vasco,
con saldos de 206 y 151, respectivamente.
En el lado opuesto se encuentra Castilla-La Mancha, cuyo saldo
negativo roza las 500 personas, así como Murcia y Andalucía, con un
saldo negativo de 272 y 201 trabajadores respectivamente.
Según precisa la directora de Fundación Randstad, María Viver, el
tipo de discapacidad de estos profesionales influye en su movilidad, de
forma que las personas con discapacidad sensorial o incluso orgánica son
"más propensas a buscar oportunidades laborales en otras regiones",
frente a aquellas personas con discapacidad psíquica o física "donde
esta movilidad se ve reducida ya que en muchas ocasiones necesitan del
apoyo familiar para su vida diaria".
"En muchos casos --apunta Viver-- su discapacidad va asociada a un
procedimiento psicoterapéutico o farmacológico que les obliga a
mantener su residencia en un determinado lugar".
Por otra parte, el informe analiza el nivel de cumplimiento que
las empresas hacen de la Ley de Integración Social de los Minusválidos
(LISMI), que establece para las empresas con una plantilla superior a 50
trabajadores, la obligación de contratar a un número de profesionales
con discapacidad igual o superior al 2% del total de empleados.
En este sentido, de los datos se desprende que el 56% de las
empresas encuestadas admite conocer la Lismi, sus obligaciones,
beneficios y objetivos y que el porcentaje de empresas que contrata a
profesionales con discapacidad alcanza el 55%. Para empresas con más de
50 trabajadores, este ratio se eleva hasta el 80%, si bien el 64% de
ellas reconoce que el motivo principal por el que ha incorporado a un
empleado con discapacidad es el cumplimiento de la Lismi.
Entre las medidas que las empresas destacan para fomentar la
accesibilidad y la integración se encuentran la eliminación de barreras
arquitectónicas, la adaptación de puestos y la colaboración con
fundaciones y asociaciones.
Mientras, ante las dificultades que encuentran las compañías para
encontrar candidatos, Fundación Randstad propone: fomentar el uso de
servicios públicos y privados de selección especializada; establecer
sistemas estandarizados de selección; transmitir a los departamentos de
Recursos Humanos los aspectos a tener en cuenta cuando se inicia un
proceso de selección en el que se incluye a personas con discapacidad;
definir los puestos y realizar las adaptaciones oportunas; comunicar
experiencias de éxito; e informar a las empresas de las ayudas a la
contratación.