El espejo holandés para el Príncipe
miércoles 18 de septiembre de 2013, 23:35h
Durante 24 horas los nuevos reyes de Holanda podrán hablar un poco de España con Mariano Rajoy, un poco con el Rey, y pienso que un mucho con los Príncipes de Asturias. Guillermo de Orange cumplía 46 años hace cinco meses. Felipe de Borbón,
en enero, cumplió uno menos. Algo parecido ocurre con sus mujeres:
Máxima cumplió en mayo 42 y Letizia acaba de cumplir 41. Son la misma
generación y han recorrido el mismo o muy parecido camino. El monarca
holandés subió al trono tras la abdicación de su madre, momento que
aprovecharon los que desean eso mismo en España para insistir en la
posibilidad de que Don Juan Carlos hiciera lo mismo.
Si la
hoy ya reina de Holanda estudió Económicas en su Argentina natal, la
Princesa de Asturias estudio Periodismo. Una y otra han intentado, con
éxito, imponer un nuevo estilo en las respectivas monarquías, al igual
que el rey de Holanda y el príncipe de España quieren que sus "
reinados" estén en el siglo XXI y no en el XIX. Los dos vienen de
Monarquías viejas y tienen la misión de dotarlas de continuidad en unas
condiciones sociales, económica y políticas difíciles. Incluso los dos
tienen un punto más en común y muy importante: sus sucesores serán dos
mujeres, en España, Leonor, y en Holanda, Catalina Amalia.
Un
día antes de su visita a España, el rey Guillermo realizaba su primer
discurso sobre el que podemos llamar "estado de la Nacion" en el que,
sobre el texto redactados por su gobierno de centro-Izquierda, una
coalición del partido liberal y el partido socialdemócrata, ponía de
manifiesto los males que aquejan a su país y que pueden ser mucho más
que un buen espejo para el príncipe Felipe y en general para los
españoles.
Guillermo no dudó en exponer ante sus conciudadanos
que el estado del bienestar que hemos conocido durante el siglo XX era
imposible de mantener y que había que sustituirlo por la "sociedad
participativa", una figura más literaria y sociológica que económica y
política, y que encierra ,de verdad, una auténtica lluvia de recortes y
de pérdidas para los menos pudientes: menos seguridad social, menos
pensiones, menos ayudas para los discapacitados, menos ayudas en
medicinas, menos salarios y eso si, más impuestos.
Todo eso nos
suena y mucho a los españoles y surge una pregunta: si en España se
dieran las mismas circunstancias y el Rey abdicara en el que sería
Felipe V, ¿leería en su discurso a la nación un texto parecido que le
prepara el gobierno de Mariano Rajoy?. Y si así fuera por norma
constitucional y reparto de poderes y obligaciones, ¿cómo
reaccionaríamos los españoles?.
En Holanda existen dos grandes
provincias, no existe una tensión estructural entre las mismas y el
estado, no hay reivindicaciones notables de republicanismo y si bien se
acusó al padre del actual Rey de tener un pasado nazi y a su abuelo de
haber cobrado comisiones de empresas norteamericanas, ambos asuntos no
llegaron a daños mayores. Todo el territorio es la mitad de Andalucía y
tiene el doble de población. Su Parlamento tiene 150 diputados y algunos
partidos están pidiendo que se queden en cien. Más motivos para que
consideremos a la hasta ahora próspera Holanda como el espejo en el que
mirarnos y en el que contemplar lo que el futuro piensa deparar a Europa
si los ciudadanos no se movilizan y obligan a sus políticos a pensar en
otras fórmulas de reparto de la riqueza que no lleven al colapso de la
parte más social del estado del bienestar.