miércoles 19 de diciembre de 2012, 21:38h
Este
miércoles se celebraba en las Cortes de Castilla y León la entrega de los
Premios Hemicisco, unos galardones que los periodistas parlamentarios entregan
a los procuradores que, por una u otra razón, buena o mala, han destacado o
sorprendido. Al margen de los premios en sí, el acto ha servido, desde 1988
(que ya son años) para que periodistas y políticos compartan un rato de
complicidad, den carpetazo al año y pongan fin a las dos tediosas sesiones de
debate de los presupuestos de la Comunidad. El ambiente navideño ayudaba
siempre a crear un clima distendido de buenos propósitos y mejores deseos para
el nuevo año.
Sin embargo,
este año ese ambiente se ha esfumado por completo y parece que ni unos ni
otros, ni políticos ni, sobre todo, periodistas, estaban muy por la labor. El desencanto
y el pesimismo se ha instalado en la profesión periodística (como en otras
muchas, todo hay que decirlo) y el resultado es que cuesta mucho plantear un
acto, como el de los Premios Hemicisco, concebido para repasar la labor de
parlamentarios y comunicadores en el Parlamento regional, aunque siempre con "buen
rollito". Pero no, esta vez las prisas de unos, la malentendida "austeridad" de
otros y el "duelo" por la situación del sector de muchos ha convertido el encuentro
en una imagen real de la sociedad actual.
Y eso que
aún no se había hecho público el acuerdo entre COPE y Vocento que, al margen de
la mala noticia que es siempre la desaparición de un medio de comunicación, en
este caso Punto Radio, llevará inevitablemente a la destrucción de muchos
puestos de trabajo. Hace unos días se anunciaban despidos en RTVCyL y en la
propia Punto Radio y el goteo es continuo en otros muchos medios. Mal acabamos
el año pero las perspectivas para el que viene no son precisamente buenas.