Cuestión de unas décimas
miércoles 14 de marzo de 2012, 23:40h
Hemos vivido jornadas de esgrima es torno a unas décimas. Las que han
separado a España de las todopoderosas instancias europeas. Bueno,
parece que el abismo se ha allanado y que al menos este nuevo capítulo
de fricciones se ha cerrado, y no en falso. Dijo Mariano Rajoy,
en su comparecencia parlamentaria para explicar el contenido del último
Consejo Europeo, y para concluir un episodio que pudo ser muy espinoso,
que "existe una plena coincidencia entre la agenda europea y española".
Al presidente del Gobierno le tocó este miércoles el amargo trago de
justificar algo que incluso ha sido objeto de bromas para los
'cartoonists' de la prensa: la rebaja dictada por Europa a las
pretensiones españolas de déficit para 2012, que, del 5´8 por ciento del
PIB, ha acabado fijado en el 5'3. Al menos, dicen los optimistas, no es
ese terrible 4´4, exigencia primera de la UE, que suponía una
paralización en toda regla de la actividad pública -y, por tanto, de
parte de la privada-en España. ¿Quién ha ganado el pulso? Yo diría que
la cosa ha quedado en tablas.
Lo malo fue que, en este lío de
cifras, Rajoy salió en conferencia de prensa, tras la 'cumbre' europea
de la semana pasada, para presumir de que, en aras de la "soberanía
nacional", él fijaba unilateralmente el 5´8 en lugar del fatídico 4´4.
Este miércoles, el presidente del Gobierno español trató, en el Congreso
de los Diputados, de restar importancia al cierto varapalo procedente
de Bruselas, que pronto rectificó lo dicho por Rajoy: España tendrá que
comprometerse a un déficit del 5´3, y no del 5'8, para este año. "Lo
sustancial es que se ha admitido la modificación del 4´4 por una cifra
más racional y asequible: el 5´3", dijo el presidente, conciliador,
añadiendo que "por lo tanto, se ha reconocido la solidez de nuestros
argumentos".
Básicamente, coincido con la argumentación de
Rajoy. Sabemos ya que no ha habido negociación subterránea -ha habido
muchas especulaciones que querían que el baile de cifras del déficit
estaba amañado-e intuimos que en ciertos eurodespachos, algún 'cabeza de
huevo' ha pillado un berrinche considerable ante la 'rebelión'
española. Supongo que, para calmar los ánimos, la UE ha aceptado que la
diferencia entre la cifra inicial europea y la que Rajoy proclamó en
Bruselas no sea la media aritmética entre ambas -que hubiese sido un 5´1
por ciento--, sino que se incline ligeramente, dos décimas, hacia la
voluntad de Madrid, lo que supone dos mil millones de euros. Algo es
algo.
Algo es algo, pero sigue siendo poco, como dijeron algunos
portavoces de la oposición. Compruebo que, en cualquier caso, los
socialistas se mostraron bastante comprensivos y tolerantes con este
episodio europeo, limitándose a criticar cuestiones de detalle -cierto
barullo sí que ha habido, la verdad-en este baile de cifras del déficit.
Me alegro de este apoyo implícito. El caso es que el primer contencioso
entre el dogal europeo y la asfixia de la economía española, a la que
aún le queda por pasar lo peor, se ha resuelto, ya digo, en tablas. Era
lo mejor que podía pasarnos, dadas las circunstancias. Yo diría que
Rajoy ha pasado, aunque sea a trancas y barrancas y sobrándole algún
desplante torero, la prueba, y eso es una buena noticia para todos los
españoles. Para todos.