¿Cuándo conoció usted el término 'hashtag'?
martes 06 de diciembre de 2011, 22:50h
Celebración de la fiesta aniversario de la Constitución, en el
Congreso de los Diputados. Han venido siete -seis más uno- presidentes
autonómicos, ningún ex presidente del Gobierno, algunos alcaldes, tres
padres de la Constitución, un presidente del Gobierno en funciones, otro
'in pectore' -por cierto, que, por fin, Mariano Rajoy habló algo
acerca de lo que piensa hacer-...Gran discurso de José Bono, corrillos
en torno a Zapatero, Rubalcaba, Rajoy... Ausencia de los nacionalistas
y, claro, de los 'abertzales', presencia 'limitada' de Izquierda Unida,
descontenta con la última -y segunda- modificación constitucional. Y
lo que te rondaré, morena.
Más o menos, con las variantes propias de la
coyuntura, lo de siempre, aunque esta vez todo era diferente: primera
vez en treinta y tres años que el Parlamento estaba oficialmente
cerrado, el Ejecutivo en funciones, las dos principales formaciones
políticas a escala nacional de acuerdo en presentar la misma cara ante
una Europa exigente, que, a partir de hoy, nos va a examinar aún más que
hasta ayer. Llevo treinta y dos años asistiendo a estas
conmemoraciones: jamás percibí, como ahora, una sensación de nueva era,
de que todo va a ser diferente. Y de que esta Constitución de 1978 va a
experimentar unos cambios que irán mucho más allá de lo que preveían
algunos programas electorales que jamás se cumplieron.
Hablo largo rato con uno de los 'padres' de la
Constitución. Me sugiere vagamente que algunos cambios 'menores' ya se
van imponiendo en nuestro texto legal fundamental. Le pregunto cuándo
oyó hablar, por primera vez, del término 'hashtag'. Reconoce que jamás
había escuchado la palabra hasta hace ocho o nueve meses, cuando ardía
el norte de África merced a las redes sociales, cuando nacía el
movimiento de los 'indignados'. "Pues con el hashtag ha empezado a
cambiar el mundo", le digo. Y es que esta Constitución de 1978 no
contempla ni a esa Europa que nos exige, nos agobia y nos condiciona, ni
contempla la revolución de Internet, ni el euro y los teléfonos
móviles, o la de los avances tecnológicos. O la confusión de la marcha
del 'Estado de las Autonomías', o las injusticias de la normativa
electoral, ni los desequilibrios de una estructura económica que tampoco -y tan poco- nos sirve ya.
No, mi interlocutor no es un experto en redes
sociales, su nieto más pequeño domina el teléfono móvil y sus
interminables secretos mucho mejor que él y, para colmo, se siente
profundamente desconcertado ante la que nos viene, una parte de lo cual
está, en esos momentos, siendo difusamente anticipado por Rajoy a una
nube de periodistas que le asedian, circunstancia para la que el
inminente presidente del Gobierno estaba, obviamente, preparado, lo
mismo que su jefa de prensa. Todos estaban preparados para asumir el rol
que este martes les tocaba: Rajoy, Zapatero, Rubalcaba. Sabían lo que
los periodistas les íbamos a preguntar y estaban perfectamente
preparados para no responder con la verdad, toda la verdad y nada más
que la verdad. No saben qué contestarnos; cómo saberlo cuando el mundo
cambia cada día, cuando la Unión Europea se enfrenta cada lunes y cada
martes con declaraciones diferentes de la Merkel, con retos distintos a
asumir hoy en Marsella, mañana en Bruselas. Cuando ninguno de los
líderes europeos tenía la más puñetera idea, hace ocho meses --ponga
usted diez, si quiere-- del significado del término 'hashtag', que ha
modificado la vida de tantas personas, que ha impuesto tantas coyunturas
difíciles en tantas partes del mundo. Qué quiere que le diga: hemos
entrado de cabeza en un mundo que desconocemos, así que más vale tomarlo
con calma, pero sin pausas, como decía Goethe.