Argentina finalista del mundial
¡Más vivos que nunca! Preparáte Alemania que vamos por vos
miércoles 09 de julio de 2014, 19:26h
Con una actuación soberbia de Chiquito Romero en la definicón por penales, Argentina le ganó a Holanda en la definición desde os doce pasos tras haber empatado sin abrir el marcador. Messi, Garay, el Kun Y Maxi Rodríguez no fallaron y el domingo ante Alemania en el Maracaná vamos por el tercer título mundial.
En un partido cerrado, donde ninguno de los dos equipos
arriesgó, Argentina sacó su chapa en los penales y dejó atrás al temible equipo
holandés para llegar tras veinticuatro años a la final del mundial.
Es difícil salir de la emoción de llegar a la final para
analizar lo que fue un partido cerrado de la selección, es difícil dejar de
lado esa zambullida de Mascherano para sacarle a Robben el gol cuando faltaba
nada para finalizar los noventa reglamentarios, no es nada fácil olvidarse de
los penales magistralmente atajados por Romero en la definición, o las cuatro
conversiones argentinas, tanto la de Messi, como la de Garay el Kun Agüero o de
Maxi Rodríguez, pero hayque hacerlo y dejar los festejos para otro momento para
analizar lo que fue un partido planteado como un juego de ajedrez por ambos
entrenadores, que, sin duda, nadie les podría haber reprochado nada al quedarse
afuera del mundial en esta instancia y por penales.
Este equipo que accedió a la final es muy diferente al que
debutara ante Bosnia en el certamen. No solamente por la falta de los
fantásticos Agüero y Di María, sino también por el esquema. Si al empezar un
mundial había algo para criticarle a este equipo era su defensa, y justamente
ahora el fuerte está en la solidez defensiva y las dudas están arriba, y algo
de lógica tiene esto, ya que al reforzar la zona de atrás, Messi se quedó sin
socios y el potencial argentino se resintió demasiado.
Romero mantuvo el arco en cero en los 120 ante Suiza, los
noventa ante Bélgica y los 120 ante Holanda, situación nada despreciable, a lo
que Holanda le prestará atención, y más allá de la sobria actuación del
arquero, los rivales casi no generaron peligro.
Y esto se vio ante Holanda. Muchos se preocupaban por
Robben, pero los holandeses estaban más pendientes de Messi que de otra cosa,
por lo que esperaron, fiel a su costumbre, y salvo la pelota que cortó
Mascherano a los noventa, no llegaron al área argentina con peligro.
Por el lado argentino, con un Messi muy marcado, nadie tomó
la manija para hacerse cargo del partido. Algún pelotazo cruzado para Lavezzi,
aprovechando las espaldas que dejaban los laterales, y un Enzo Pérez que le
devolvió con creces la confianza que depositó la confianza en él, al jugar un
gran partido, sin temblar ante semejante responsabilidad, y animándose a ir
para adelante para desconcertar a un conjunto holandés que no tenía en sus
planes esta posibilidad.
Igualmente el primer tiempo se fue casi sin chances. La más
importante la tuvo Messi justamente tras una falta cometida a Enzo Pérez, y Leo
eligió el palo del arquero que no tuvo inconvenientes en atrapar el balón.
La segunda etapa siguió con la misma tónica. Ninguno de los
dos prefirió arriesgar, dando la sensación que estaban cómodos con mantener la
igualdad, aunque si hay que hablar de ambición, Argentina parecía tener un
poquito más de ganas que Holanda en quebrar la igualdad.
Faltando diez minutos Sabella sorprendió y movió el tablero
con los ingresos del Kun Agüero -¿no era que no iba a jugar más?- y a Palacio
por Enzo Pérez e Higuain, y el delantero del Inter tuvo su chance cuando quedó
solo frente al arquero y en vez de esperar que le bajara la pelota optó por
intentar sorprender de cabeza al arquero, pero no le salió y se perdió la más
clara que tuvo Argentina en todo el encuentro.
Y cuando todo finalizaba, Robben decidió mostrarle al mundo
que además de tirarse para simular algo sabe con la pelota, y tras combinar con
Schneider quedó solo frente a Romero, pero no tuvo en cuenta que en Argentina
juega Mascherano, que aún no se sabe de donde salió para tapar lo que era el
gol holandés y la eliminación argentina.
En el alargue nada cambió. Los jugadores argentinos estaban
extenuados, y a esa altura tampoco era conveniente arriesgar. Los penales
llegaban y la historia de los penales que nos hizo trasladar al 90, implorando
porque las manos del Goyco se trasladaran al cuerpo de Romero, y así fue,
Chiquito fue más gigante que nunca y Argentina una vez más está en la final.
Para alegría de los cuarenta millones de argentinos, que se ven reflejados en
este grupo de jugadores, que podrán ganar o perder, pero nadie se los va a
llevar por delante y dejarán hasta la última gota de sudor en la cancha en
búsqueda del sueño de todos.
Alemania, preocupate porque no somos Brasil. Y como dice el
mensaje del micro, no somos once, somos cuarenta millones de argentinos que
estaremos el domingo en el Maracaná los que iremos por el mundial.