El nuevo canje de deuda será con ley extranjera y nacional, sin bancos y sin comisiones
sábado 31 de agosto de 2013, 13:17h
El nuevo canje de deuda (Canje III) que se apresta a
realizar el Gobierno, será en las mismas condiciones que en el 2010, con ley
extranjera y nacional, pero con una novedad: el equipo económico avanzará en
una operación sin bancos colocadores internacionales y sin comisiones.
El nuevo canje de deuda (Canje III) que se apresta a
realizar el Gobierno, será en las mismas condiciones que en el 2010, con ley
extranjera y nacional, pero con una novedad: el equipo económico avanzará en
una operación sin bancos colocadores internacionales y sin comisiones.
Así lo confirmaron a Télam fuentes gubernamentales, quienes
precisaron que el Canje III, que tiene tratamiento en el Congreso, ofrecerá
"las mismas tres familias de bonos que se emitieron en las operaciones
2005 y 2010, tanto en legislación extranjera como nacional, que incluirá la ley
de Nueva York".
El equipo económico no descarta activar luego inmediatamente
la oferta, que adelantaron a Télam será sin bancos y sin comisiones, aún en las
emisiones con jurisdicción internacional, lo cual será toda una novedad en los
usos y costumbres de las finanzas mundiales.
"¿Se puede colocar títulos sin bancos en el
exterior?", preguntó Télam.
"Si, se puede, como aquí lo hacemos a través de la Caja
de Valores, no necesitamos bancos, se puede evaluar, por ejemplo con la Consob,
entre otros", respondió la fuente.
De esta forma, el Gobierno avanza un paso más en su política
de bajar el pago de comisiones y el lobby de los bancos: en el 2010 las
comisiones a los bancos resultaron de O,4% pero se logró que las pagaran los
acreedores; y en el canje de Préstamos Garantizados efectuado (2009), la
operación se hizo a través de la Caja de Valores, sin más.
Cabe recordar que en el 2005, aún con todo el viento en
contra para lanzar el canje, se logró disminuir comisiones respecto de niveles
previos al default, a 0,4%, en la megaoperación más grande de la historia
(hasta que llegó Grecia en 2012) de más de 80.000 millones de dólares. En
cambio durante el Megacanje del 2001 (una operación de u$s 27.000 millones), se
premió a los bancos con comisiones por 0,56% (150 millones de dólares).
De esta forma, se espera emitir bonos en dólares y euros,
con legislación estadounidense y neoyorkina, y se presentará la oferta en Nueva
York, Roma, Londres, y Bruselas. La novedad es que no habrá emisión en yenes,
debido a que en esa jurisdicción se alcanzó el 99% de aceptación, tras la
culminación del canje 2010.
La fuente consultada explicó que "no hay tal
restricción en Estados Unidos para que la Argentina presente una oferta de
canje al 7% de los tenedores de deuda en default".
Lo que existe es una sentencia en suspenso de que, para
pagarles al 93% de acreedores que alcanzaron un acuerdo de deuda con el país en
los canjes anteriores, hay que abonarle primero el 100% a los fondos buitre.
Aquí la solución que ofrece el Gobierno es la garantía de
pago con títulos de legislación nacional; sin embargo, esta opción voluntaria
del tenedor no se prevé que sea instrumentada en el cortísimo plazo, ya que la
apuesta oficial es primero tratar de agotar todas las instancias legales y
revertir el revés judicial ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
Precisamente, como gesto a la Corte Suprema de Estados
Unidos, el proyecto de reapertura del canje contempla la suspensión de la ley
cerrojo, que podría resultar en una derogación tras el debate en el Senado,
según los proyectos presentados por la oposición.
También es una incógnita aún si la apertura de canje será
indefinida, de manera de perpetuar la "igualdad de trato" a los
acreedores.
Queda la posibilidad de que resulte en una propuesta abierta
"ad eternum", con la misma opción de quita, y por lo tanto de
rendimiento, para "todos" los acreedores del universo de 81.800
millones de dólares que habían caído en default en 2001: es decir, para el 93%
del canje -que, valga la redundancia, ya aceptaron-, para holdouts (los que aún
se resisten a ingresar) y también los fondos buitre.
Según los tiempos parlamentarios, el proyecto del canje será
tratado este miércoles en el recinto del Senado, y hay movimientos para
tratarlo en Comisión Diputados con celeridad, de manera que el 11 ó 12 de
septiembre, podría convertirse en Ley.
Tras aprobarse, el equipo económico que trabajará en la
operación en la Secretarías de Finanzas es prácticamente el mismo que lo hizo
en el Canje II, cuando Lorenzino ocupaba el puesto de su mano derecha, Adrián
Cosentino.
Cuando la fuente mencionó a Télam que no habrá bancos, lo
dijo por conocimiento de causa: cuando se realizó el Canje II, piloteado por
Amado Boudou, el mismo equipo se encontró con que los grandes bancos
colocadores tuvieron falencias en encontrar a los bonistas pequeños, sobre todo
en Italia.
Fueron varias las veces que la presidenta Cristina Fernández
de Kirchner ponderó la hazaña de cambiar la estrategia en medio de la operación
para salir a la caza de bonistas, que tuvo lugar mientras se jugaba el Mundial
de Sudáfrica y se desarrollaban en la Argentina los festejos del Bicentenario.
Ese `expertise` lo utilizarán ahora para actuar sin bancos,
y cuentan con la ventaja de que hay fondos que fueron reclutando deuda y que
manifestaron interés en ingresar al canje; de hecho, los bonos viejos en default
subieron de valor en 26% tras los anuncios.
De estos grandes fondos, muchos son ya acreedores que
aceptaron el canje, y compraron más bonos en default. Pertenecen al Exchange
Bondoholder Group (EBG), que se unió para reclamar a la Corte de Nueva York,
cuyo fallo, consideran, afecta la propiedad privada, y no se descarta que este
grupo se presente con una queja ante la Corte Suprema.
Con todo, esta operación no persigue el objetivo de lograr
la máxima aceptación, sino más bien garantizar que todos los acreedores tengan
tratamiento igualitario.
Servirá también para bajar el monto de litigios de los
pequeños inversores y bonistas que fueron a tocar la puerta a los tribunales
del Ciadi, si bien no se prevé que los fondos buitre ingresen, debido a su peculiaridad
de resistirse a cobrar lo mismo que el resto.