Intendentes: ¿definen la agenda política?
miércoles 14 de agosto de 2013, 18:04h
Es el advenimiento de los intendentes al tope de las listas
de candidatos una buena noticia para la política? ¿Es casualidad o el síntoma
de algo más profundo.
No se trata de una casualidad. Al menos hay tres situaciones
que pueden explicar en gran parte lo que sucede: a) La continuidad democrática
ha incrementado la relevancia para gran parte de la opinión pública de las
denominadas "capacidades de gestión" por sobre otros "atributos políticos". b)
Ya antes de la crisis del 2001, una tendencia creciente y persistente, ha ido
trasladando, no siempre de un modo adecuado, responsabilidades a los gobiernos
locales que eran abandonadas o mal resueltas por otros niveles del Estado. c)
Las nuevas tecnologías han permitido gestionar a "nivel de gobierno local"
políticas formuladas y financiadas en otras jurisdicciones, contribuyendo a una
mayor legitimidad por parte de los actores municipales.
Dada esas tres circunstancias, resulta natural, que quiénes
se hicieron cargo de temas concretos de impacto cotidiano, asumiendo una agenda
pública cada vez más compleja, se reposicionen en el sistema político. Lo que
no se sabe a ciencia cierta es si lo que sucede es que el protagonismo de los
intendentes y su vocación por lo concreto es lo que emerge o,
complementariamente, es la debilidad o el desinterés por las ideas lo que les
abre un espacio significativo a estos actores políticos presentados jactanciosamente
como "hacedores".
Tal vez la democracia argentina ha padecido a lo largo de
estos treinta años, de un modo altamente condicionante, la disfuncionalidades
del aparato estatal al punto de valorarse más la capacidad del estado de
"hacer", que el sentido y la lógica misma de la acción pública. En ese sentido,
se alinea una idea arraigada y recurrente sobre las "cuestiones locales" que
sostiene que en la gestión local lo importante es "dar respuesta" porque en
dicho plano no entran en juego "cuestiones ideológicas".
Se trata de un razonamiento cuanto menos opinable, que
degrada el esfuerzo de muchos intendentes argentinos por no vaciar a la gestión
local del sentido político inherente a toda gestión pública. El día a día de
los intendentes está plagado de decisiones de una profundidad ideológica muchas
veces soslayada; desde el uso del suelo hasta la apertura a los nuevos temas de
agenda pública. Sin embargo, ahora nos encontramos ante una paradoja. Resulta
que son los mismos "hacedores" en su función de candidatos los que se niegan a
expresar ideas, renunciando a la enorme oportunidad de unirlas con las
experiencias concretas de políticas aplicadas en sus gestiones. Ellos, siendo
quiénes lograron poner en primer lugar de la consideración social las gestiones
de proximidad, al no reivindicar la densidad política de su tarea, la
desvalorizan. Es una cara extraña de la reivindicada "vuelta de la política".