Democracia, periodistas y todo lo demás
jueves 06 de diciembre de 2012, 12:47h
Acabo de colocar en mi solapa el lema 'Sin periodistas no
hay democracia'. Me gustaría que la reivindicación, que alienta en estas
horas la gran Elsa González, presidenta
de la Federación de Asociaciones de la Prensa, fuese acompañada de una mínima
autocrítica de lo que estamos y no estamos haciendo en esta fantástica
profesión que hemos abrazado. Le digo a usted, lector, la verdad: no sé si 'sin
periodistas no hay democracia'; creo que la democracia es necesaria al
periodismo como el aire a los seres humanos. Quizá algunos estemos abusando de
la democracia, y puede que algunos, en nombre de la democracia, abusen de
nosotros.
Y también le digo a usted, amable lector, que los
periodistas somos ahora casi los únicos que debemos mantener la llama sagrada
de esa democracia, y, si soy sincero, no estoy del todo seguro de que lo
estemos haciendo adecuadamente. Nos queda un largo camino reformista por
delante, que tenemos que acompañar y no sé si, alguna vez, liderar (aunque me
dan mucho miedo los pretendidos líderes mediáticos, alguno de esos colegas que
ha decidido configurar a su aire la realidad y ¡ay de ella! si decide ir por su
propio camino).
Le confieso a usted, que tiene la paciencia de leer estas
líneas, que hay días en los que me levanto abrumado por la responsabilidad:
este es un país en transición y seguramente perdemos demasiado tiempo diciendo
demasías, tirando piedras más lejos de la realidad que nadie, siguiendo estelas
que nos marcan desde sitios más o menos cálidos (rentables, quiero decir) y
olvidando a esos sectores de la sociedad que más necesitan de nuestro concurso. ¿Estamos, de verdad, transmitiendo al
poderoso el mensaje de los ciudadanos, que me parece que tan claro tenemos en
nuestras mentes y en nuestros corazones?
Voy a dejarlo aquí, porque continuar podría resultar, y
resultarme, demasiado arriesgado. Ya digo: hay días en los que ni dormir puedo,
de tanto peso como me abruma. Cambio mi chapa: 'sin periodistas no debería
haber democracia; ¿la hay?'.
fjauregui@diariocritico.com