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Una asamblea que se espera caliente

Se define el futuro de un Centro Gallego en terapia intensiva
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Se define el futuro de un Centro Gallego en terapia intensiva

La venta o la quiebra ¿no hay otra salida?

Por Eduardo Fleming
lunes 18 de diciembre de 2017, 12:52h

En medio de fuertes acusaciones y con los socios y trabajadores de rehenes, este lunes a las 18hs está convocada la asamblea del Centro Gallego para decidir si se acepta la venta del inmueble y la cesión de las prestaciones médicas al Grupo Rivera Salud junto a la Fundación Favaloro.

Aquel sueño que cobijaron aquellos gallegos emigrantes en 1907 creando lo que fuera un ejemplo para toda la galleguidad universal está cerca de desaparecer. Este lunes en una asamblea que se espera muy caliente, se definirá el futuro del Centro Gallego, con dos opciones –que en realidad algunos dicen que deberían ser tres- y ninguna de ella asegura lamentablemente nada positivo para la institución.

El interventor Martín Moyano ya advirtió que de no aprobarse la venta sería como un “asesinato en masa”, y en esa línea agregó que se “mataría a trabajadores y gente”, anunciando también que “ el Estado argentino ha llegado hasta acá”, cerrando cualquier otra posibilidad que una venta que tampoco asegura ni siquiera la preservación de los puestos laborales.

La propuesta oficial consiste en la venta del inmueble junto a las prestaciones médicas al Grupo Rivera Salud que va acompañado de la prestigiosa Fundación Favaloro, por otro lado aparece la posibilidad concreta que los asambleístas no aprueben la venta, donde acá se abren dos posibilidades: la primera es la versión del interventor Moyano que indicó que si esto ocurriera él mismo se presentará con el veedor de la Cámara foro comercial e INAES para informar el fracaso y la justicia deberá poner algún liquidador o síndico que lleve adelante la situación, dejando de funcionar el establecimiento, y por otro lado aparecería la alternativa –que es descartada por el interventor- de tener que establecer las medidas para que se siga prestando atención médica, para convocar una licitación o determinar de que manera continuar sin llegar al temido cierre o la quiebra del establecimiento.

La principal deuda de la institución es fiscal y consta de 800 millones de pesos, y el resto de las deudas son laborales con sueldos impagos noventa millones, liquidaciones impagas 15 millones, juicios laborales 300 millones de pesos, lo que hace vislumbrar un futuro casi imposible de afrontar si no se aprueba esta polémica venta, que en un primer momento iba a ser un gerenciamiento sin ceder las instalaciones de la institución.

Acá no se salva nadie, ni el PSOE, ni el PP, ni las Agrupaciones, ni mucho menos las intervenciones. Pocas explicaciones, acusaciones, una deuda que se agranda día a día, intervenciones que en vez de ayudar a sanear la institución la terminaron de derrumbar, medios de comunicación que escondieron la situación y fueron cómplices, amenazas, extorsiones, juicios, y, como sucede siempre en estos casos, los principales perjudicados son los socios, esos que toda la vida pusieron peso sobre peso para tener simplemente una atención médica en el momento que lo necesitaran,

A todo esto, y para agregarle un capítulo más a este guión de tinte tragicómico, desde el Centro Gallego realizaron una encuesta no vinculante entre los socios y trabajadores, donde consultaban sobre sí querían la venta –en la boleta ponían que era la única alternativa- o sí votaban por el no, que según explicaban desde el Centro, era votar por quedarse sin prestación médica y sin trabajo. Obviamente, y con una movilización que llamativamente convocó a más gente de la esperada, con una circulación de taxis que ya ni se ve en las elecciones nacionales/provinciales ni la de los clubes deportivos, el Sí obtuvo un contundente triunfo que le sirvió al interventor Martín Moyano para continuar con su discurso pro venta.

Los cinco mil cuatrocientos doce socios que tiene el Centro Gallego en la actualidad ven no solo como corre peligro su situación sanitaria, sino también sufren por toda una vida e historia que pareciera estar llegando a su fin, y los pacientes internados son usados como mercancía y ya les avisaron que si no se aprueba la venta serán inmediatamente evacuados a los hospitales públicos y si son de PAMI a los nosocomios que trabajen con PAMI, todo muy triste e inmerecido para una institución que fue el orgullo de los gallegos en el mundo.

En la página oficial del Centro Gallego, tras contar el crecimiento del mismo, y cómo llegó a ser lo que fue, piden “Recordar esta historia de solidaridad, trabajo y generosidad es sentirse invitados a continuar en la misma senda, con los mismos valores y los mismos ideales”, parece que de esta parte se olvidaron al escribir el final de esta dolorosa historia.

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