La irrupción de la imprenta y la obra de Alberto Durero (1471-1528),
casi simultáneas, fue la alianza que abrió en pleno Renacimiento una de
las puertas por donde se coló la modernidad en la historia de la
pintura, como acreditan más de un centenar de grabados del alemán
expuestos desde este miércoles en Valladolid.