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bignone riveros condenados lesa humanidad

Siguen coleccionando justas condenas

03/12/2013@23:46:50
 
Los represores Reynaldo Bignone y Santiago Omar Riveros fueron condenados hoy a duras penas de prisión por el secuestro y desaparición del dirigente montonero Roberto Quieto y la apropiación de dos chicos, Gabriel Matías Cevasco y Martín Amarilla, hoy nietos restituidos.
 
El Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín impuso 25 años y seis meses de prisión a Riveros, ex jefe de Institutos Militares, y 23 años al ex dictador Bignone, en el noveno juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción de Campo de Mayo durante la última dictadura
 
También fueron condenados los apropiadores Aída Blandina Pizzoni a 5 años y seis meses de prisión, Roberto Duarte a 5 años y Margarita Noemí Fernández a 5 años, mientras que los civiles Liliana Alvarez, Alicia Rodríguez y Jorge Buffe fueron absueltos.
 
El Tribunal leyó la parte dispositiva del fallo, cuyos fundamentos se conocerán el próximo 17 de diciembre al mediodía.
 
"Estoy conforme con la actuación del Tribunal, en un proceso que considero inobjetable, en el que fueron consideradas las peticiones de cada una de las partes y se facilitó la presentación de pruebas y testigos", dijo Guido Quieto, querellante en la causa por el secuestro de su padre, en declaraciones a Télam.
 
El debate comenzó el 17 de octubre último, a cargo de los jueces Héctor Sagretti, Marta Milloc y Daniel Petrone.
 
Además del fiscal Marcelo García Berro y el fiscal ad hoc Guillermo Silva, acusaron la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la de Guido Quieto, quien a los seis años presenció, el 28 de diciembre de 1975, el secuestro de su padre.
 
Guido destacó que las penas de la sentencia fueron las pedidas por fiscalía y querellas, incluido el agravante por tormentos.
 
"También estoy muy conforme con el comportamiento de la fiscalía, que en su alegato final solicitó una sanción para el fiscal de  instrucción" Jorge Sica, ya sustituido y, para el querellante, responsable principal de la demora en el comienzo de este juicio.
 
Esta demora implicó por ejemplo que "el ministro del Interior de la dictadura, Albano Harguindeguy, se muriera antes de que comenzara el juicio oral", puntualizó.
 
"Voy a persistir hasta lograr (en la instrucción, también) el procesamiento de la gente que participó en la detención y en las torturas que sufrió mi viejo. Fuimos por la cabeza, ahora iremos por lo que está más abajo", dijo Guido, que lleva una década como querellante en la causa por el secuestro de su padre.
 
Por testimonios de su familia, se sabe que Roberto Quieto fue secuestrado por una patota militar en el anochecer del 28 de diciembre de 1975, en una playa de Martínez, norte del Gran Buenos Aires.
 
Después, fue visto en el centro clandestino El Campito, en Campo de Mayo, la mayor guarnición militar del país y uno de los tres principales centro clandestinos de detención, torturas y exterminio de la dictadura, junto a la ESMA y La Perla.
 
Tras la negativa de Riveros a prestar declaración en este juicio, el primer testimonio que recibió el Tribunal fue el de Martín Gras, amigo de Quieto y sobreviviente de la ESMA.
 
Gras relató que, durante su cautiverio, un represor que lo interrogaba, al que después reconoció como Miguel Conde, le aseguró que había interrogado a Quieto en Campo de Mayo.
 
En la audiencia final, antes de la sentencia, ninguno de los acusados quiso usar su derecho de decirle "últimas palabras" al Tribunal.
 
El juicio también investigó la apropiación de Gabriel Matías Cevasco, secuestrado junto a su madre -que sigue desaparecida- cuando tenía tres meses, el 11 de enero de 1977, y luego criado por personas que le dijeron que era adoptado.
 
Después de sospechas que tuvo en la adolescencia, en el 2000 Cevasco se hizo un examen de ADN y por el resultado supo que era hijo de Enrique Horacio Cevasco y María Delia Leiva.
 
El otro nieto recuperado, Martín, hijo de Guillermo Amarilla y Marcela Molfino, dos militantes montoneros secuestrados en 1979 y que permanecen desaparecidos, fue apropiado por un agente de inteligencia del Ejército y recuperó su identidad en 2009.
 
El juicio concluido hoy fue el noveno de la megacausa de Campo de Mayo, desde el primero realizado en el 2009 por el secuestro y asesinato de Floreal Avellaneda, un militante de la Federación Juvenil Comunista de 14 años.
 
Según estimaciones, durante el terrorismo de estado de la última dictadura pasaron por Campo de Mayo más de 5.000 mil personas secuestradas.
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