Chávez perdió el respeto de los venezolanos a raíz del descalabro electoral del 2 de diciembre del año pasado, la noche del respaldo de su Alto Mando Militar, el mismo que coreó Patria, Socialismo o Muerte en abierta solidaridad hacia el Presidente que se dio el lujo de ofender al país con aquella soez expresión de que la victoria opositora había sido una ¡M! Así de sencillo. Cuando un adulante parlamentario pidió respeto para el Jefe de Estado, recriminé su genuflexión, tamaño jalabolismo, subrayándole aquel hecho sin precedentes en la historia política nacional.
Quien ostente la investidura de Chávez, no puede permitirse en modo alguno expresiones de tal naturaleza sea cualquiera su despecho y reconcomio. Verbalmente Chávez pasará a la historia como el más vulgar que Venezuela haya conocido ejerciendo la primera magistratura. Sus últimas andanzas en procura de los sufragios para quienes le celebran tales atrocidades mueven al estupor. Sus procaces ataques para con Morel Rodríguez y Manuel Rosales, Gobernadores de Nueva Esparta y Zulia, respectivamente, reflejan fielmente la descomposición por la que atraviesa la Venezuela prostituida por Hugo Chávez, el de Sabaneta. Sí, porque ha sido Chávez, con su ordinario comportamiento, con su conducta atroz, quien ha contribuido a envilecer la patria que enaltecieron militares de otra o con otra faz.
Eso de que Carabobo es tierra de traidores procurando dañar la candidatura de quien fuera su elogiado e íntimo compañero, tira por la borda cualquier generoso concepto que alguno de aquel terruño le endilgara hasta entonces. Por la boca muere el pez, Presidente. Y por su boca usted la pagará cara algún no lejano día. Cuestión de días.
Diego Arria escribió un artículo revelador acerca de la película sobre la vida del Che Guevara, en la cual fue protagonista interpretando al recordado Ignacio Iribarren Borges, sobresaliente Canciller venezolano. "Hollywood desenmascara a Hugo Chávez" publicado también aquí en Diariocritico Venezuela.
Diego juega en el relato con la semblanza del aventurero argentino, siendo el propósito del filme, la inicial idea del productor de idealizar aún más al controversial personaje con miras al exitazo taquillero. Diego Arria cuenta cómo logró que la cinta fuese fiel, con exactitud, en lo relativo a lo que históricamente sucedió con el Ministro de Exteriores de Venezuela. Se hicieron las correcciones de rigor, según deja testimonio Diego para aceptar su protagonismo. "La carencia de objetividad es lo más censurable de la película, pues en especial los jóvenes lamentablemente comprarán una visión que sólo muy parcialmente corresponde a la realidad del personaje, conocido más por su efigie reproducida en camisetas que lo llegó a convertir en un símbolo de la cultura Pop que por su vida real. De hecho en muchos lugares del mundo la mayoría de los que las usan no saben quién era el Che". ¡Hemos fusilado, estamos fusilando y seguiremos fusilando, porque nuestra guerra es a muerte! Esa era la consigna del sanguinario Che. "Hollywood desenmascara a Hugo Chávez", titula Diego Arria su referencia.
Diego Arria, por cierto, acaba de retar al diputado Mario Isea, a que lo interpele en plena Asamblea Nacional en torno a la difamación que el representante chavista hizo de él, acusándolo de conspirar. Y le dice al Sherlock Holmes parlamentario que "la tragedia de mi país, es a causa de un Gobierno corrupto, ineficiente y dilapidador que padece y no se superará a través de violencia de ningún tipo. Las democracias sólo se restituyen con democracia". Olvídate, Diego, que un calumniador de oficio te responda.
¡Se cansa uno!
Omar Lares
Si (
No(
