Durante la reciente Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, un encuentro de características humanas rindió a la mandataria chilena, Michele Bachelet, el compromiso de Martín Torrijos de esclarecer de forma definitiva las causas dl accidente aéreo del helicóptero SAN-100, donde murieron funcionarios chilenos y panameños.
Las causas del accidente siguen sin determinarse, con especulaciones sobre fallas mecánicas y humanas, con trazos de manipulación política, incertidumbres originadas en informes de advertencia sobre el estado mecánico de la aeronave y opiniones de expertos encontradas.
Torrijos ofreció su determinación de que el informe final concluya pronto y dé claridad sobre todo lo ocurrido, porque el gobierno panameño comprende el drama humano que envuelve este caso. El presidente panameño recordó a Bachelet que él ha sufrido en carne propia, por 27 años, lo que significa la incertidumbre de no saber qué sucedió en el accidente aéreo en que murió su padre, el general Omar Torrijos. En 1981 el general murió tras explotar el avión en que viajaba, con fuertes sospechas de que hubo mano magnicida por la estatura política del general panameño y su determinación nacionalista.
El caso SAN-100 flota sobre acusaciones de negligencia, errores del piloto y fallas mecánicas, todas sin determinar y que mantienen en la zozobra a familiares y los pueblos chileno y panameño.
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