"Estamos en medio de una grave crisis financiera y el Gobierno federal está respondiendo con una acción decisiva", manifestó Bush en un mensaje de emergencia pronunciado esta noche desde la Casa Blanca.
En ese sentido, el mandatario estadounidense alertó de que "el mercado no está funcionando apropiadamente", hay una importante pérdida de confianza, los sectores más relevantes están en riesgo, y "más bancos podrían declararse en bancarrota y provocar una recesión en la economía estadounidense", agregó Bush.
"Soy un fuerte defensor del libre mercado, así pues mi instinto natural es oponerme a la intervención del Gobierno", aseguró Bush. Pero "estas no son circunstancias normales. El mercado no está funcionando correctamente. Ha habido una enorme pérdida de confianza", remarcó.
El mandatario insinuó que de no aprobarse este plan, Estados Unidos entrará en recesión. "No podemos dejar que esto suceda", manifestó, e hizo un llamamiento al Congreso para que apruebe con urgencia el plan de rescate. "Sin una acción inmediata del Congreso podría comenzar a reinar el pánico en América".
El plan de rescate de 700.000 millones de dólares (473.047 millones de euros) fue propuesto para sacar de apuros a las entidades financieras y con la esperanza de resucitar los mercados de crédito, moribundos por una masiva deuda vinculada con las hipotecas.