Ahmadineyad, el clarividente

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha aprovechado su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas para vaticinar que "el imperio americano está llegando al final de su camino" y  que los próximos gobernantes estadounidenses "deben limitar su interferencia a sus propias fronteras".

Al bueno de Ahmadineyad, quien ha puesto un áurea de bondad al programa nuclear de su país, le han fallado sin embargo sus poderes para divisar el futuro y también el presente y ha rechazado las acusaciones de organizaciones internacionales de que en su país se respetan menos los derechos humanos desde que hace tres años él llegó a la presidencia.

"Lo que dicen no tiene ninguna base legal. Nunca me han dicho que a alguien se le hay encarcelado por criticar al presidente", ha dicho el líder iraní, quien ha rechazado así las acusaciones de la organización estadounidense de derechos humanos Human Rights Watch.

El criterio de Ahmadineyad para reconocer lo que ocurre en su país no sorprende a nadie, sobre todo, después de que hace un año asegurara aquello de que en Irán no existían los homosexuales. Todo un visionario clarividente.