El clásico que podría significar el campeonato para universitario de Deportes, ya no se jugará este fin de semana debido al temor de que se produzcan actos de violencia como consecuencia de la muerte de un hincha crema en medio de un tiroteo la semana pasada.
Por ello, las autoridades deportivas y del Ministerio del Interior decidieron suspender el encuentro entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, partido que estaba programado para mañana y que ha sido postergado hasta el domingo 6 de julio.
La medida se adoptó tras una maratónica reunión entre representantes de la Asociación Peruana de Fútbol, la Dirección del Gobierno Interior, la Policía Nacional y ambos clubes.
El diálogo comenzó a las 10 de la mañana, en la sede de la VII Dirección Territorial de la Policía, pero fue suspendido al promediar la 1 de la tarde. Según los dirigentes deportivos , esto se debió a que las autoridades policiales se comprometieron presentar, a las 6 de la tarde, los informes de inteligencia que advertían sobre un riesgo inminente de violencia que se cernía sobre el clásico del fútbol peruano.
SIN GARANTÍAS
A las 7:30 de la noche, el gerente de la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional, Enrique de La Rosa, anunció que el clásico no se jugaría mañana porque "el Ministerio del Interior había emitido una resolución en la que declaraba que no había garantías para que este se juegue".
Media hora después, el jefe de la VII Dirección Territorial PNP, general Javier Uribe, anunció formalmente la suspensión del juego, aunque señaló que este aplazamiento es para "coordinar acciones que garanticen la seguridad de la población y no por temor a desmanes".
Contradiciendo estas declaraciones, Carlo Franco, presidente de Alianza Lima, sostuvo que la institución del orden informó -a través de informes de inteligencia- que existía un alto riesgo de que la violencia recrudezca este fin de semana.
"Programar un clásico pasa a un segundo plano cuando de la violencia y de muerte se trata", agregó.
MÁS VIOLENCIA
Tal como lo temía la Policía, lo sucedido el último miércoles exacerbó los ánimos de los hinchas. La noche del último jueves, en el cruce de la ruta B y el jirón Talara, en Villa El Salvador, alrededor de 150 miembros de las bandas Holocausto de Los Sicarios (simpatizantes de la 'U') y Los Respaldo (parte de la barra íntima) protagonizaron una batalla campal.
Horas más tarde, en la madrugada de ayer, otro gran enfrentamiento entre simpatizantes de ambos equipos se registró en el asentamiento Edilberto Ramos del mismo distrito.
Aunque se afirmó que ambas peleas dejaron heridos de bala, la Policía desechó tal versión. Sin embargo, trascendió que en la primera gresca se intervino a José Amero Benítez, quien portaba una pistola 9 milímetros, junto a dos menores de edad.
SIGUEN LAS AMENAZAS
De otro lado, durante el entierro de Daniel Blanco Fernández (21), la víctima mortal del tiroteo en San Martín de Porres, más de 50 hinchas cremas reiteraron las amenazas contra sus pares de Alianza. "Esto no se va a quedar así. Algo tiene que pasar", afirmaban.
Tras el sepelio, que se realizó a las 5 de la tarde en el cementerio Jardines de la Paz de Lurín, la madre de Blanco, Olga Fernández, negó que el tiroteo haya sido una venganza entre criminales, como afirma ahora la Policía.
"Mi hijo no era un delincuente. La Policía Nacional es responsable por llevarlos por Zarumilla, un barrio aliancista, en vez de la Túpac Amaru, la ruta de siempre", dijo entre lágrimas y acompañada por los deudos de Daniel, quienes le dieron el último adiós.
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