El PP evita las referencias al PNV, pero advierte contra las ‘derivas soberanistas’

A altas horas de la madrugada los compromisarios que discutían en Comisión la Ponencia Política del XVI Congreso del PP llegaron por fin a un acuerdo, no sin amplias tensiones y agarrones entre diversos compromisarios de postín. La Ponencia final, que discutió sobre las 1.135 enmiendas presentadas, se aprobó en la mañana de este sábado en el plenario con sólo dos votos en contra. Parece que los populares, después de protagonizar en comisión un debate “intenso”, pero “sosegado, respetuoso, democrático”, según el ponente, José Manuel Soria, ha conseguido llegar a un consenso básico.

    El punto fuerte, claro, era la relación que el PP querría mantener a partir de ahora con los nacionalismos vasco y catalán, pero especialmente con el PNV. La polémica se centró en gran medida en el artículo 83 de la ponencia, que en su redacción original –donde se veía la mano de la dirigente vasca María San Gil- decía: “El PNV condena el terrorismo pero, al mismo tiempo, todos sus actos desmienten sus palabras. Su actitud en relación a la lucha antiterrorista es siempre obstruccionista. No se puede decir que el PNV es partidario del terrorismo de ETA, pero sí podemos afirmar que no colabora en su derrota".

    Ese párrafo significaba, de hecho, una clara declaración de guerra, y no era extraño que suscitara intensos debates. Al final, de madrugada se llegó al acuerdo con texto que mantuviera unas referencias explícitas a "algunos sectores y fuerzas políticas del País Vasco que junto al Gobierno apuestan por la derrota del terrorismo pero sus actos desmienten sus palabras" y "colaboran de forma insuficiente con la derrota del terrorismo".


Fuera del marco constitucional

Es un matiz, aunque no deja de ser una declaración de guerra, pero deja las puertas abiertas a una posible futura colaboración si el PNV abandona sus tesis soberanistas. Hay que tener en cuenta que ahí está pendiente la espada de Damocles del lehendakari Juan José Ibarretxe de convocar un referéndum a todas luces ilegal. La referencia explícita al PNV era obra exclusiva de María San Gil y su ‘duda’ sobre que la misma se mantuviera en plenario es lo que determinó, según ella, que se alejara primero del Congreso del partido y anunciara luego su renuncia a la reelección como presidenta del PP vasco.

    Según explicó Soria en rueda de prensa, primero, y ante el plenario popular, después, “algunos partidos nacionalistas se han situado fuera del marco constitucional por su postura soberanista", pero el PP debe tener “capacidad para llegar a acuerdos, y será así en el futuro siempre y cuando abandonen la deriva nacionalista". Es una referencia implícita al PNV y es la puerta que el PP de Rajoy ha querido dejar abierta a un nacionalismo vasco no separatista.

    En este contexto, el PP apuesta por la "derrota total y definitiva de ETA", con una apuesta por la vuelta a un Pacto por las Libertades y el Terrorismo para que "jamás haya una negociación con ETA".


Reforma de la Constitución

Por lo demás, la Ponencia Política del PP ahora aprobada mantiene las referencia inequívocas a la unidad de la nación española, a la solidaridad de todos los españoles, al afianzamiento de la monarquía parlamentaria con separación de poderes y a la descentralización del poder público.

    Los populares mantienen la necesidad de una reforma parcial de la Constitución Española que garantice la estabilidad de las autonomías, pero que fije las competencias básicas del Estado y que regule el castellano como lengua oficial de todo el territorio nacional a través de la aprobación de una ley orgánica que garantice el ‘bilingüismo integrador y coordinado’ en las comunidades autónomas con lenguas cooficiales.

    Los populares también mantienen la petición de reformas que hagan precisas mayorías de dos tercios para aprobación de leyes regulatorias en el Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Y, finalmente, define que “jamás un gobierno debe ceder a una negociación con los terroristas”, en palabras de uno de los ponentes, José Manuel Soria.

    Otra ponente, la senadora catalana Alicia Sánchez-Camacho desarrolló en el plenario la segunda parte de la ponencia, con el objetivo centrado en ganar las próximas elecciones generales. Con esa apuesta, en el ámbito social, Sánchez-Camacho destacó, por ejemplo, que “nosotros somos la mejor credibilidad de una política que garantiza las pensiones que ahora el gobierno Zapatero no está en disposición de garantizar”, algo que habría hecho Aznar con Javier Arenas como ministro de Trabajo.

    Para llegar a ese fin, la ponencia desgrana otros valores, como el de llegar a los jóvenes “para que nos voten más y recuperar la Moncloa, que es donde debíamos de seguir estando”. En el campo de la seguridad, los populares apuestan por dotar de más medios, y en el inmigración sostienen que “no vamos a estar a favor de la entrada ilegal en nuestro país”, pero sí a favor de una inmigración ordenada y una integración plena para los que lleguen.

    Previamente, Sánchez-Camacho reseñó en rueda de prensa el "intenso e interesante debate" generado sobre los artículos 123 y 138, que se refieren a la familia como pilar fundamental de la sociedad y la defensa de la libertad de todos sea cual sea su orientación sexual. En este sentido no se ha incorporado ninguna enmienda sobre el matrimonio homosexual, de forma que mantiene una posición ambigua.