La ‘fundación’ de Caldera, en entredicho

Hay bastante mar de fondo en torno a la ‘macrofundación’ que Zapatero le ha encargado a Jesús Caldera, un tema que, según algunos, podría ser una de las cuestiones ‘estrella’ en el próximo congreso federal del PSOE a comienzos de julio. La verdad es que nadie parece demasiado deseoso de potenciar esta fundación –o lo que acabe resultando ser—si ello implica restar competencias y presupuesto a la fundación Pablo Iglesias, que es el ‘ojo derecho’ de Alfonso Guerra. Tampoco se trata, dicen, de alterar el rumbo de las cosas en otras fundaciones alentadas por los socialistas, como la Jaime Vera (escuela de verano), la Ramón Rubial, dedicada a la emigración o la Progreso Global, creada en su día para dar cobijo al ex presidente Felipe González, pero que ahora es apenas una razón social. Otras fundaciones de cariz socialista, como Sistema (José Félix Tezanos) o Alternativas, no dependen directamente del PSOE, aunque se nutren ocasionalmente de encargos de este partido. 

    En este marco, parece improbable que el encargo a Caldera resulte en una gran fundación, tal y como se le prometió al ex ministro de Trabajo, que en privado reconoce que se siente ‘bastante solo’ a la hora de acometer su nuevo trabajo, ahora centrado en los preparativos de un gran encuentro en torno a temas relacionados con la alimentación y el hambre en el mundo.  

    La ausencia de temas verdaderamente conflictivos en el congreso socialista, ante el que las aguas parecen bastante pacificadas, incluso en federaciones tan agitadas como Madrid o Valencia, hace que cuestiones que serían más bien secundarias, como la de las fundaciones, adquieran ahora un protagonismo inusitado. Lo cierto es que, quitando alguna incógnita de nombres sobre la nueva ejecutiva federal --¿hacia dónde y cuánto asciende Elena Valenciano, por ejemplo?-- , el congreso del PSOE se presenta tranquilo y hasta aburrido, cosa que a zapatero no debe importarle demasiado, por cierto.