La avenida Balboa y las calles circundantes son un bullicio de maquinarias, vehículos tratando de adelantar en constantes reducciones de anchos de vías y camiones transportando material de relleno. La Cinta Costera crece como un enorme gusano de tierra y piedra que corre a lo largo del viejo malecón.
Pero no solamente es la avenida Balboa la que se transforma. Las vías principales de acceso y otras que sirven al tráfico perpendicularmente o paralelamente a ella, también son objeto de remodelaciones y nuevas obras, sobre todo de pasos elevados, ensanchamientos, remoción de estructuras del servicio de alumbrado público, alcantarillado y telefonía.
La ciudad se transforma también a varios kilómetros de la Cinta Costera. Los accesos a la ciudad, los corredores norte y sur, vías secundarias y entronques claves son un conjunto que está siendo modificado, para que la vialidad urbana funciones como un todo.
La instalación de más de 50 semáforos inteligentes, construcción de pasos peatonales y reorganización del tráfico, son otras modificaciones que harán de Panamá una ciudad más eficiente en materia de movilización. Se trata de optimizar la infraestructura actual y agregar nuevas arterias, para que Panamá opte por el desarrollo, apoyado por una vialidad más eficiente.
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