Lo exterior, la próxima batalla de ZP

       No son sólo los cambios en la diplomacia española, de los cuales hemos dado cumplida cuenta en Diariocrítico; no es sólo el ‘baile de embajadores’, que ha puesto de los nervios a una cincuentena de diplomáticos con rango de embajador; no es el malestar por los ‘embajadores políticos’, aquellos que serán nombrados en capitales clave sin ser diplomáticos… es mucho más.

         La próxima ‘movida’ en Exteriores va a tener mucho que ver con los flujos económico-migratorios-financieros y con dos Ministerios: el de Trabajo e Inmigración, de Corbacho, y el propio departamento de Miguel Ángel Moratinos.

         Dicen que en Exteriores no ha gustado pero que nada de nada el ‘globo sonda’ lanzado por Corbacho diciendo que se va a regular el voto para los inmigrantes en las elecciones municipales españolas. Y no ha gustado nada porque lo que a lo mejor no sabe Corbacho -un recién llegado que, al parecer, quiere hacer méritos- es que para que los inmigrantes puedan votar en España -algo previsto en el artículo 13.2 de la Constitución- es preciso primero firmar acuerdos de reciprocidad con terceros países.

         Por ejemplo, los noruegos pueden votar en España e, incluso, ser elegidos concejales o alcaldes. Pero es que entre España y Noruega existe el acuerdo de reciprocidad previsto en el citado artículo 13.2, que dice: “Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23 [relativo al sufragio], salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de sufragio activo en las elecciones municipales”.

         Pero, claro, quien tiene que negociar esos acuerdos con terceros países -y ahí está la ristra de países sudamericanos, especialmente, pero también del África Subsahariana e, incluso, de India o China- tiene que ser especialmente el Ministerio de Moratinos.

         La cosa, pues, no ha gustado en Exteriores y el ministro Corbacho parece que ha entrado con pésimo pie. De hecho Moratinos ya tiene mucho trabajo intentando apagar en Sudamérica algunos desaguisados en materia económica. De hecho, Moratinos se encuentra actualmente en Buenos Aires, la que se cita como la escala más complicada del periplo que acaba de iniciar por Sudamérica, y donde lleva en cartera salvar el control de Aerolíneas Argentinas (AA), mayoritariamente participada por el grupo español Marsans, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, actual presidente de la CEOE, y su socio Gonzalo Pascual, sometido a las asechanzas del Gobierno de los Kirchner, decididos a argentinizar Aerolíneas al mejor precio.

         Moratinos va de bombero y parece que empieza a disgustarle ese traje que le han puesto otros ‘colegas’ del Gabinete.