China dice que el Dalai Lama manipula a la opinión pública

Pekin.- China volvió a criticar al Dalai Lama el lunes, acusando al líder espiritual exilado del Tíbet de manipular a la opinión pública y a los Gobiernos occidentales, días después de ofrecer conversaciones con sus colaboradores.

China ha considerado que la "camarilla" del exilado líder budista es responsable del malestar generado en Lhasa y otras áreas tibetanas cuyo objetivo, según dijo, era alterar los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto.

Pero después de que un amplio llamado diplomático internacional instara al diálogo con el Dalai Lama, Pekín anunció abruptamente el viernes que quería reunirse con sus colaboradores en los próximos días. Sin embargo, las críticas chinas persisten, informó Reuters.

"Tras cinco décadas de vida en el exilio, la camarilla del Dalai ha aprendido a satisfacer a Occidente haciendo alarde sobre los derechos humanos, la paz, la protección ambiental y la cultura, entre otras cosas", dijo la agencia de noticias oficial Xinhua en un comentario.

"Pero nunca dicen una palabra sobre la inhumana servidumbre en el Tíbet bajo su Gobierno", dijo.

El Dalai Lama, ganador del Premio Nobel de la Paz, engaña a los extranjeros cuando les dice que no planeó las manifestaciones del mes pasado en la capital tibetana Lhasa y que apoya las Olimpíadas de Pekín, dijo Xinhua.

"Algunos manifestantes que se entregaron a la policía confesaron que la camarilla del Dalai es la autora material de las protestas en Lhasa", agregó.

"El hecho de que la camarilla del Dalai haya incitado a su Gobierno en el exilio y a separatistas tibetanos a provocar malestar en la carrera de la antorcha olímpica demuestra que es mentira que no busca la independencia del Tíbet y que apoya las Olimpíadas de Pekín."

Manifestantes a favor del Tíbet han interrumpido la carrera global de la antorcha olímpica, desatando reacciones airadas de Pekín.

Desde el 2002 ha habido seis rondas de diálogo entre China y los enviados del Dalai Lama, pero ninguna logró un gran avance.

El Gobierno del Tíbet en el exilio dijo previamente que quería mantener un diálogo con China y que el país dejara de "demonizar" al Dalai Lama.