red.diariocritico.com
Bienvenida, señora ministra

Bienvenida, señora ministra

A la sorpresa del nombramiento de Carmen Chacón como nueva ministra de Defensa –se esperaba una mujer, sí, pero no una del perfil personal y político de la elegida– le han seguido muchas críticas gratuitas y pocos argumentos fundamentados. El respeto no ha estado presente en el comportamiento de los críticos, poco caballerosos en sus juicios. La cortesía del periodo de gracia que merece todo nuevo cargo público no se ha cumplido en este caso. La deliberada apuesta del presidente por una mujer joven, de marcada imagen de izquierdas y trayectoria catalanista, además de embarazada en estos momentos, ha resultado demasiado difícil de digerir por los sectores rancios del conservadurismo civil y militar.

Los medios de la derecha montaraz, encabezados por la Radio de los Obispos, se han deslizado, como acostumbran, por la senda de la descalificación injuriosa y el chiste machista de dudoso gusto. Los comentarios vertidos en tertulias, entrevistas y artículos de opinión, ofrecidos a modo de argumentos para rechazar la conveniencia del nombramiento de la ministra,  no pasan de ser una mera exposición de prejuicios de estos caballeros; planteamientos casposos que están fuera de lugar en la sociedad de nuestros días. Recuerdan a algunas reacciones que se produjeron también hace veinte años cuando tuvo lugar la incorporación de la mujer a los Ejércitos, al principio excluida de algunos ámbitos –sin más razón que un concepto prejuiciado, puesto que no faltaban modelos extranjeros– para los que pretendidamente no estaba preparada.

Muchos medios se refieren, con cierta añoranza de tiempos pasados, al supuesto malestar de determinados sectores militares por el nombramiento, cláusula socorrida cuando se quieren difuminar las fuentes o simplemente se intenta generalizar la propia opinión particular. Naturalmente no existe tal malestar sino, en todo caso, cierta expectativa, que probablemente es de signo contrapuesto dependiendo de la zona del escalafón.   

Los que sí se han pronunciado expresamente sobre la designación de la ministra Chacón, sin ocultar el ámbito de su representación, son las dos asociaciones militares principales. La opinión es divergente y altamente significativa sobre lo que representan y a quiénes representan. José Conde, en nombre de AME, califica el nombramiento de “patochada que no se sabe dónde nos puede llevar”, y llega a hablar de “desprecio” (?) a las Fuerzas Armadas; Mariano Casado, secretario general de AUME, en cambio, lo considera un “acierto” y una oportunidad para afrontar con eficacia los retos que tiene planteados en esta etapa el ministerio de Defensa. Aunque ambos portavoces reclaman la regulación del derecho de asociación de los militares, lo hacen desde posiciones ciertamente enfrentadas.

Pocas veces dos sectores militares, estos sí perfectamente identificados, se han retratado con mayor claridad. La ocasión anterior en que lo hicieron fue cuando el llamado caso Mena –el general que, situándose por encima de las autoridades constitucionales, llamaba al Ejército para defender la unidad de España–, siendo entonces también diametralmente opuestas sus posturas, elogiando unos el discurso del general y pidiendo otros la aplicación rigurosa de las normas disciplinarias. En esta nueva ocasión, a través del criterio sobre la significación del nombramiento de la ministra, emerge con claridad, respectivamente, una versión conservadora y tradicional, y otra progresista y moderna, de la función de las Fuerzas Armadas en una Democracia avanzada como, después de treinta años, es ya la española.

Frente a la iniquidad y maledicencia de algunos, son muchos los militares que aplauden el nombramiento y celebran la renovación que pueda significar en una institución necesitada de una definitiva modernización. ¡Bienvenida, señora ministra!.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios