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Miles de calagurritanos clamaron en silencio contra ETA a última hora de ayer

Los efectos de la bomba de ETA alteran la normalidad de Calahorra este sábado a centenares de personas

Los efectos de la bomba de ETA alteran la normalidad de Calahorra este sábado a centenares de personas

· Más de 200 personas se han visto obligadas a pernoctar fuera de su domicilio
· Muchos comercios cercanos a donde explotó la bomba no abren por  los destrozos

Calahorra despierta este Sábado Santo con la vida alterada para muchas personas que residen cerca del cuartel donde estalló ayer el coche bomba de ETA. Unas durmieron fuera de sus domicilios, otras no pueden abrir sus destrozadas tiendas.
Eso sí, miles de calagurritanos clamaron en silencio a últimas horas de la noche  de ayer contra ETA, que rompió la tranquilidad del Viernes Santo con lo único que sabe hacer: el terror. Estalló un coche-bomba en el cuartel de la Guardia Civil. No hubo víctimas pero sí muchos destrozos.La zona había sido desalojada después de que DYA de Vizcaya recibiera una llamada en nombre de la banda.

En un ejemplo de civismo, miles de calagurritanos se concentraron en silencio, a partir de las 20.00 horas, frente al Ayuntamiento para expresar su repulsa al atentado cometido a las dos de la tarde por ETA, que hizo explotar un coche-bomba junto al cuartel de la Guardia Civil, sin provocar víctimas mortales ni heridos graves,  pero sí numerosos daños materiales.

Junto a los ciudadanos de Calahorra, que asistieron en masa frente al Consistorio, estuvo su alcalde, Javier Pagola, que leyó un breve comunicado de repulsa en el que expresó su "más enérgica condena" y animó a todos los asistentes a participar en la procesión del Viernes Santo, puesto que la ciudad ha mantenido todos los actos previstos para la Semana Santa.

A continuación se guardaron cinco minutos de silencio que finalizaron con vítores de los vecinos de Calahorra a favor de la Guardia Civil y gritos contra ETA. Estuvieron presentes, además, autoridades nacionales, regionales y estatales, como el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, o el delegado del Gobierno en La Rioja, José Antonio Ulecia.

Un coche bomba había explotado en torno a las dos de la tarde junto al cuartel de la Guardia Civil, que había sido desalojado después de que la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) de Vizcaya recibiera una llamada de aviso en nombre de ETA. La fuerza de la explosión desplazó el vehículo al otro lado de la calle donde se encontraba estacionado. No hay víctimas mortales ni heridos graves.

Las investigaciones apuntan a tres autores, dos que colocaron el coche y otro que vigilaba. Los propietarios del turismo Honda Civic utilizado fueron localizados por la tarde, atados y en perfecto estado de salud, en la falda de la Sierra de Toloño, en Álava.

Según informaron fuentes de la Ertzaintza, los activistas robaron el turismo a los dueños, una pareja, a punta de pistola, cuando se dirigían al monte, en el alto de Peñacerrada, en Álava. Los presuntos miembros de ETA les ataron y posteriormente les abandonaron. Alrededor de las dos y media de la tarde, la Ertzaintza tuvo conocimiento de su hallazgo.

Como consecuencia de la deflagración, un guardia civil resultó herido muy leve con una pequeña contusión en el cuello tras tirarse al suelo cuando estalló el vehículo. La explosión del artefacto provocó la rotura de cristales en las viviendas que rodean el cuartel, aunque apenas ha causado daños en el edificio. Lo que sí han logrado los terroristas, al margen del susto, son grandes destrozos en el cuartel y edificios de alrededor.

El coche bomba, de color azul, ha hecho explosión en la calle Gallarza, que se encuentra en la parte trasera del acuartelamiento donde se vivieron escenas de pánico. La zona se encontraba muy concurrida porque acababa de terminar la procesión de El Silencio del Viernes Santo.

La llamada se recibió a las 13.28 horas en la DYA de Vizcaya y avisaba de que a las 14.00 horas explotaría un artefacto colocado en un vehículo del que proporcionaba su modelo, color y marca, han indicado fuentes de esta asociación.

La policía local de Calahorra había ampliado hasta unos 400 metros el cordón policial junto al lugar en el que había estallado el coche bomba por la sospecha de que pudiera existir otro artefacto en la zona. La Guardia Civil investigó las matrículas de los coches aparcados en las inmediaciones del cuartel y los Tedax revisaron con perros adiestrados, los vehículos de la zona acordonada.

40 viviendas afectadas


El dispositivo policial desplegado obligó a los vecinos que residen en las viviendas colindantes al cuartel a no abandonar sus domicilios. Las dotaciones sanitarias intervinieron a varias personas que habían sufrido crisis de ansiedad tras la explosión. A últimas horas de la tarde-noche se levantó el efectivo.

Los calagurritanos residentes en las alrededor de 40 viviendas afectadas por la explosión de un coche-bomba junto al cuartel de la Guardia Civil -alrededor de un centenar- no pudieron dormir noche en sus casas, según informó el alcalde, Javier Pagola.

El Ayuntamiento ha puesto a su disposición el albergue de peregrinos, junto al Museo de la Semana Santa, aunque la mayoría se alojó en casas de familiares. El Consistorio también ha habilitado un segundo albergue, el juvenil, para las 16 personas que vivían en la casa-cuartel, pabellón que deberá ser derribado por los daños.

Atentado similar en 1983

La explosión del coche bomba es la primera acción de ETA tras la muerte de Isaías Carrasco, exconcejal socialista de Arrasate (Guipúzcoa), asesinado por ETA el viernes 7 de marzo en vísperas de las elecciones generales del día 9.

El cuartel de la Guardia Civil de Calahorra sufrió un atentado similar en 1983, en el que no hubo víctimas. El edificio está situado en el centro de la ciudad y ocupa íntegramente una manzana limitada por las calles Gallarza, Achútegui de Blas, Bebricio y Dos de Mayo.

En 1983 el coche bomba estalló en la fachada del cuartel que da a la calle Dos de Mayo mientras que hoy los terroristas han colocado el vehículo cargado de explosivos en la calle Gallarza.

Los vecinos de Calahorra, una localidad muy concurrida hoy por la festividad de Viernes Santo, se mostraron nerviosos e impresionados por lo ocurrido. "Veníamos para casa y hemos empezado a ver guardia civil corriendo, coches de policía... Nos hemos metido en casa y ha sonado la explosión. Al asomarnos hemos visto todo reventado, ventanas, puertas", dijo una vecina a RNE.

Séptimo atentado

Se trata del séptimo atentado desde el atentado de Barajas el 30 de diciembre de 2006, con el que la banda terrorista puso fina a la tregua. El mismo cuartel fue objeto de otro atentado sin víctimas con coche bomba en 1983. Se da la circunstancia de que la Guardia Civil está construyendo un nuevo cuartel a las afueras de la localidad, con lo que el actual cuartel será abandonado.

El presidente del Gobierno estuvo permanente contacto con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba,  el secretario de seguridad Antonio Camacho y el mando único de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida.

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