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Inversiones, eficiencia y desarrollo económico

Inversiones, eficiencia y desarrollo económico

El gobierno nacional ha informado recientemente que asigna mucha importancia a las inversiones, como motor para el desarrollo económico.

Esta información es de por sí positiva, en particular en un país como el nuestro donde el producto bruto interno ha estado creciendo a tasas elevadas durante varios años. Las inversiones son el instrumento que, al permitir la expansión de la producción, contribuye al crecimiento y en particular evita la aparición de cuellos de botella.

La inversión tiene dos dimensiones, una macroeconómica y otra microeconómica. La primera tiene que ver con el equilibrio macroeconómico y con el tamaño de la demanda agregada. En un país que crece a tasas elevadas, si bien es necesaria, no es esta la dimensión que más necesita de nuestra atención.

La dimensión microeconómica, vinculada con la relación producto capital, es la que nos pide atención. Los recursos económicos son escasos y por consiguiente interesa invertirlos allí donde su contribución al crecimiento del producto y al desarrollo económico sean máximas.

Para asegurar que esa contribución sea máxima se suele recurrir a la evaluación de los proyectos de inversión. La misma consiste en la recolección de datos sobre costos y resultados, el análisis de alternativas para elegir la más eficiente, la investigación sobre las externalidades, y en el uso de criterios de inversión tales como, por ejemplo, la tasa interna de retorno.

Lo anterior se aplica tanto a la inversión privada como a la inversión pública. Los comunicados del gobierno se refieren principalmente a esta última. Evaluación ex ante. No encontramos en esos comunicados, sin embargo, datos sobre estudios de factibilidad y eficiencia (evaluación) de los proyectos de inversión pública, tanto nacionales como provinciales y municipales, que se estarían promocionando.

Tampoco existe mucha información sobre cuáles son los proyectos en estudio.
La poca que existe se refiere a proyectos de gran magnitud y que implican la introducción de modernas tecnologías en sectores hoy muy atrasados.

Toda inversión, y en particular cuando se trata de proyectos de gran tamaño que introducen cambios tecnológicos, produce externalidades y sus costos operativos suelen ser fuertemente decrecientes a escala. Son aspectos que deben ser tenidos muy en cuenta al elegir las inversiones a realizar, por lo que los estudios de factibilidad y rentabilidad privada y social resultan una herramienta poderosa para asegurar que los efectos de esas inversiones sean lo más grandes posibles.

Es de suponer que cada inversión forma parte de un plan de desarrollo económico integral, que a su vez es parte de una estrategia de desarrollo. Ese plan seguramente posee una sinergia propia, que debe sumarse a los resultados individuales de cada proyecto, justificando así la estrategia de conjunto.

Evaluación ex post y gerenciamiento por resultados. Una vez realizadas las inversiones resulta necesario comparar los beneficios y gastos realizados con los presupuestados, determinando así la corrección de las evaluaciones ex ante.
A esto debemos agregar el seguimiento o monitoreo de esas inversiones, tanto para verificar si los presupuestos fueron acertados, como para asegurar que los resultados sean los más positivos posibles. Las teorías modernas sobre administración fiscal recomiendan la implementación del gerenciamiento por resultados.

Aquí nuevamente se observa la ausencia de información respecto de las medidas tomadas o programadas que aseguren la realización de evaluaciones ex post, como la implementación de sistemas de gerenciamiento por resultados, acompañados éstos de sistemas de premios y castigos.

La información acerca de las evaluaciones es indispensable para el público en general, y para los grupos sociales que habrán de ser afectados por esas inversiones en particular. Sólo así se podrán apreciar los cambios que la implementación de esas inversiones produciría en la distribución del ingreso, y el impacto de las mismas sobre el desarrollo económico de nuestra sociedad.

En consecuencia, por tanto, es de esperar que las autoridades nacionales provean la información necesaria sobre la estrategia de desarrollo elegida, sobre el plan de desarrollo elaborado, acerca de los resultados que se esperan de cada uno de los proyectos seleccionados y sobre los sistemas de gerenciamiento a emplear.

Hernán Llosas
Investigador en las Universidades Católica Argentina y Nacional de La Plata.
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