Una cosa nueva en el panorama político de estas generales es que junto a las expectativas electorales ya suenan nombres para la creación de futuros gobiernos. Anoten un nombre: Celestino Corbacho, alcalde de la segunda ciudad catalana, L'Hospitalet, y presidente de la Diputación de Barcelona. Los mentideros socialistas cuentan que Zapatero habría pensado en este político de gran tirón popular en el cinturón industrial barcelonés como miembro del gobierno que forme tras el 9-M.
Como en el concurso, “hasta aquí puedo contar”, explican en el PSC. Pero el run run sitúa a Corbacho en un ministerio que habitualmente no es de cuota catalana. Hablan de Fomento, aunque para ello se debería contar con el efecto Maleni. Curiosamente, parece que Corbacho subió muchos puntos cuando acompañó a Zapatero, en plena crisis por el bloqueo de cercanías, a un puerta a puerta por el barrio de Bellvitge, muy afectado por el bloqueo. Allí Zapatero se dio cuenta de la popularidad y el tirón de Corbacho.
Si (
No(
