OPINIÓN/Víctor Gijón
Los electores no invierten en futuros. Dudo mucho que la subasta de cheques al portador, empleos sobre el papel y deducciones varias cambie el sentido del voto de un significativo número de ciudadanos. El problema es que si uno de los partidos en liza renunciase a utilizar esas promesas, sí que pagaría un precio en las urnas.
Los electores no invierten en futuros. Dudo mucho que la subasta de cheques al portador, empleos sobre el papel y deducciones varias cambie el sentido del voto de un significativo número de ciudadanos. El problema es que si uno de los partidos en liza renunciase a utilizar esas promesas, sí que pagaría un precio en las urnas.
Partiendo de esta constatación las promesas influyen no por promesas sino por la credibilidad que tienen quienes las hacen. De momento en ese campo, Zapatero supera ampliamente a Rajoy y Solbes a Pizarro.
Hoy en día la credibilidad vale más que la coherencia ideológica, un valor que cada vez cotiza menos en las urnas. Y, sin embargo, las bases militantes insisten en mantener en alto algunas banderas. Por ejemplo, en el campo socialista tantos o más aplausos que la propuesta ‘blanca’ de devolver 400 euros a los contribuyentes lo recogieron las propuestas sobre ampliación de la ley del aborto o la reclamación de una aplicación del principio constitucional del laicismo.
En el PP, y a pesar de que Rajoy se ha juramentado para hablar únicamente de economía, después de cuatro años en que sólo habló de terrorismo e integridad territorial, sus militantes siguen pensando que lo que está en juego es sacar como sea a los socialistas del Gobierno. No por que hayan gestionado mal la economía, como plantea en su discurso de última hora el líder popular, sino por el 11-M, por el diálogo con ETA, por el Estatuto de Cataluña, por legalizar el matrimonio entre homosexuales, por la Ley de Ciudadanía, por atacar a la familia, por no hacer caso a la Iglesia, porque lo dice la COPE y El Mundo e, incluso, por Franco y contra la Ley de la Memoria histórica.
Son como se ven poderosas razones para ir a votar. ¿Tantas como las que tienen los electores progresistas con el programa eletoral que presenta el PSOE? Posiblemente no. Lo que seguramente empujará al elector de izquierdas es que si gana el PP el programa de Gobierno no será el de la economía sino el que defiende Jiménez Losantos desde la emisora de los obispos.
Si (
No(
