Propuestas impúdicas y desvergonzadas

   Eso es lo que al candidato Zapatero le parecen algunas propuestas de sus adversarios del PP: Impúdicas y desvergonzadas. Hacer propuestas desde el gobierno o hacerlas desde la Oposición es distinto. Sobre todo si no existen demasiadas posibilidades de demostrar lo que pudo haberse llegado a plantear en esta furiosa campaña del 08: vivienda gratis para todos, fuera impuestos, redención de las viejas hipotecas y de cualquier otra deuda pendiente... ¿Hay quién dé más?

   No es de extrañar que alguna de las partes se queje de lo irreflexivas, inmaduras y faltas de suelo que resultan ser las propuestas del contrario, impúdicas y desvergonzadas. ¿De verdad lo soporta todo la letra impresa, el mitin electoral, la actitud escéptica del elector? De entrada, por supuesto. Todo lo escucha, incluso con atención, y compara por si hay algo mejor. Pero, sobre todo, a la hora de determinar, decidir y elegir, el elector parece que es mucho más maduro y razonable de lo que algunos entienden,  porque ha hecho su propia elección por cuestión de credibilidad del ofertante.

   A estas alturas de la campaña, posiblemente estemos ya al borde de las propuestas definitivas, y en algún momento podrán ser comparados los programas fiscales, sociales, educativos, de vivienda, de infraestructuras, por parte de cada una de las siglas y candidaturas en liza, después de un revuelo de propuestas lanzadas, en estos meses anteriores, sin orden ni concierto. Cuando se vean en columnas comparables lo que uno y otro ofrecen, e incluso, lo que uno y otro hizo en legislaturas también comparables, será el momento de decidirse.

   Ahora mismo, cada cual puede decir del adversario lo que Zapatero ha dicho de los populares: que están haciendo propuestas impúdicas y desvergonzadas. ¿Es viable que no paguen impuestos quienes están por debajo de 16.000 euros de renta, o que se deduzcan del impuesto los 16.000 primeros euros que perciba cada ciudadano? ¿Un régimen fiscal puede soportar tales rebajas, o las propuestas de subvención amplísima a quienes aspiran a disponer de vivienda propia de protección oficial poco menos que 'gratis total'?

   No hay duda que este 'tiempo de rebajas' y de empinada 'cuesta de enero' favorece un clima de ofertones mucho más allá de lo razonable y posiblemente mucho más allá de lo que es posible de alcanzar. ¿Hemos escuchar que algún político, en estos tiempos preelectorales reclame mayor productividad de los trabajadores, menos funcionarios públicos, más estricto control de las cuentas públicas de los ayuntamientos, comunidades y ministerios? Pues, no. De momento, de eso 'no es tiempo'. Ahora es tiempo de propuestas de toda naturaleza, incluidas las desvergonzadas e impúdicas...