red.diariocritico.com
Zapatero da un mítin a los empresarios

Zapatero da un mítin a los empresarios

Siempre me ha parecido que, si hay algo que no puede reprochársele a Zapatero, es que no coja el toro por los cuernos. ¿Que la batalla preelectoral se centra, en este cuarto de hora, en la economía? Pues nada: este miércoles se plantó ante lo más granado del empresariado, de la prensa y de la política (socialista, claro) y, durante una hora, repitió hasta la saciedad las bondades de la política económica que el Gobierno ha practica do durante esta legislatura. Y, de paso, desgranó una larga serie de ofertas para el futuro inmediato en este campo, que el presidente quiere contemplar enmarcado en un horizonte rosado.

Es más: dijo que “es lo menos patriótico que conozco” el sembrar alarmismo sobre las perspectivas de la economía de un país; obviamente, no citó al Partido Popular, pero tampoco resultaba imprescindible. Todos, el casi millar de asistentes al más populoso de estos cenáculos madrileños que se recuerde, entendieron perfectamente a qué se refería el actual inquilino de La Moncloa y aspirante a lo mismo. Y hay que reconocer que la marcha de la economía es más un estado de espíritu que un proceso lógico derivado de una serie de circunstancias concretas y tangibles. Están las hipotecas basura, desde luego, y, sobre todo, el precio creciente del barril de petróleo, cuestiones ambas que Zapatero evitó citar en su muy ‘positivo’ parlamento, acaso el más optimista de cuantos le he oído últimamente, que ya es decir. Pero el suyo fue, sin duda, un mítin ‘cualitativo’, más que cuantitativo, dedicado a los empresarios: hay que generar confianza para que esas maravillosas expectativas que puso ante nuestros ojos lleguen a convertirse en realidad.

El gran optimista antropológico puso a funcionar la maquinaria a tope. Mañana, sin duda, podrán ustedes leer los titulares de lo que dijo y, sobre todo, de lo mucho que prometió: llegar al pleno empleo real con la creación de dos millones de puestos de trabajo, bajada de la inflación “en primavera”, mejora radical de la competitividad, reducciones fiscales importantes, más inversiones en I+D+i, en educación y en infraestructuras, menos deuda pública (“en solo dos años seremos el país con menos deuda entre los grandes del mundo”)…En fin, casi el paraíso al alcance de la mano. Todo va bien, nada va mal o siquiera regular.

Y no seré yo uno de esos ‘antipatriotas’ que se atreven a dudar de la realidad de este mundo feliz que el presidente del Gobierno coloca al alcance de nuestra mano. No. Yo, simplemente, entre este despliegue eufórico y el pesimismo de quienes piden urgentes medidas de choque y decretos leyes para hacer variar el sesgo de una economía que se despeña, me encuentro entre esa supongo que mayoría que piensa que, cuando peor estemos, que estemos como ahora. Pero que ahora estamos un poco peor que hace un par de meses.

Lo sé porque hago algo que ni Rajoy ni Zapatero hacen, pienso: voy semanalmente a la compra, lleno personalmente el tanque de la gasolina y procuro moverme entre ciudadanos corrientes y molientes, como yo. Ya sé que nada de esto es macroeconomía, pero, ¿estamos seguros de que las cifras macro dan o quitan votos?
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios