¡Yo quiero vivir libre y morir ciudadana!

Son pocas horas las que faltan para que miles de venezolanos, millones de hombres y mujeres vuelvan a los centros de votación a expresarse en relación a la nueva constitución roja rojita, comunista y tiránica que Hugo Chávez y sus acólitos, han cortado a la talla de una ambición de poder enfermiza, letal, inaceptable.

Este jueves pasado nuestros jóvenes estudiantes, esos muchachos briosos, puros, entusiastas y sobre todo valientísimos, cumplieron lo prometido: ¡Llenaron la Avenida Bolívar! Esa avenida que tan difícil de colmar se le ha puesto al teniente coronel belicoso, que ni pagando comparsas, ni coaccionando a los empleados públicos, ni degradando a los pobres al llevarlos tras la carnada de una bolsa de mala comida o una botella de aguardiente puede mostrarla como querría su endiosamiento: ¡Llena! como llena si que estuvo este jueves 29, cuando a la convocatoria de nuestros estudiantes acudieron miles de hombres y mujeres, padres, hermanos, amigos, familiares de los muchachos que han salido a devolverle al pueblo venezolano la esperanza por mejores tiempos, por el fin de una pesadilla, por la terminación de un tiempo de vergüenza y asco… Todos en la Bolívar y que bueno hubiese sido que en esa avenida llena de voluntades recias se hubiese logrado un lema: ¡NO VOTAR! Porque votar es avalar la ilegalidad, es nutrir de extras el fraude más que conocido y siempre perfectible…

Millones de hombres y mujeres desean ponerle punto final a este mal tiempo cuando un vándalo ha secuestrado nuestra patria y la exprime, la saquea, la reparte…  Mal tiempo cuando ha dividido a este pueblo tradicionalmente fraterno.

El tiempo de las mentiras sin sonrojo, de la amoral rapiña, de la barbarie pretendiendo arrasar con los seres justos. El tiempo de un déspota, de un militarote convencido que ha castrado a nuestros hombres, que ha sembrado el miedo en la mujer venezolana corajuda y valiente por tradición. El tiempo de creer que esos jóvenes que le han salido al paso, los podrá convertir en las jineteras y jineteros que Castro se agenció, cuando destruyó a tres generaciones de cubanos y los puso a una orden, a repetir ¡Patria, comunismo o muerte!

Pues no… no salieron a corear como loros las consignas del déspota que las ha tomado de la Cuba arrasada por una bestia asesina que tiraniza a la tierra de José Martí desde hace ya casi medio siglo… No salieron a decirle a un grotesco militarote ¡Ordene Comandante!, por el contrario, salieron a decirle NO, pero que lástima que no dijeran también NO SOMOS CORDEROS RUMBO AL MATADERO. NO SOMOS EXTRAS EN LA TRAGICOMEDIA DE UN NUEVO FRAUDE. Ese NO debía haberse acompañado del rechazo a participar en un nuevo templete, así ese NO lo hubiese sacudido más, lo hubiese enardecido más y luego aterrado… Porque el coraje asusta a los cobardes, y la acetividad afloja las tripas de los tiranos… 

Esos jóvenes y esa gente que llenó la avenida Bolívar quiera Dios que el lunes no cambien ese empuje y esa esperanza por una nueva decepción… Por eso creo que votar, que ir a llenar calles este domingo, ir a atiborrar centros de votación es justamente lo que quiere el déspota y sus acólitos para poder ejecutar un nuevo fraude, peor aún que el del 15 de agosto de 2004 y peor que el que urdieron y realizaron el 3 de diciembre de 2006, muy bien secundados por una “oposición oficialista” que le resulta invalorable al autócrata… Y que allí está otra vez, ahora tras nuestros jóvenes. Los mismos de la vergonzosa Coordinadora Democrática, los mismos del tristemente bautizado Trío TEROBO (Teodoro, Rosales y Borges), los mismos que prometieron cobrar el 3 de diciembre ahora con uno que otro chavista converso de última hora…

Por todo mi conciencia y mi racionalidad me dicen que no nací para ser cordero en ningún matadero ni en ninguna altar de sacrificios, así que no iré a votar, me sumo a los que digna y coherentemente han expresado su rechazo a esta nueva farsa y a las comparsas de siempre. Lo siento por los estudiantes, ellos si que son honestos, pero eso no es suficiente para no equivocarse.

Suscribo el rechazo a este nuevo fraude que los investigadores de la problemática electoral reunidos en la Cátedra “Pío Tamayo” de la Universidad Central de Venezuela han hecho público, suscribo su posición y sus razones. Suscribo lo dicho por el Dr. Herman Escarrá palabra por palabra, por tanto yo como él rechazo el plebiscito del 2 de diciembre, y como Escarrá “no solo no iré a votar” también continuaré luchando por la libertad que es el bien supremo. No iré a votar y no secundaré a los farsantes y tampoco a los equivocados y a los cándidos, y como dijo alguna vez Simón Bolívar “Yo quiero vivir libre y morir ciudadano”. 

Eleonora Bruzual

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