OPINIÓN/Víctor Gijón
Pregunta-trampa a Revilla
Al presidente Revilla se le puede criticar por muchas cosas, ¡a quien no!, pero nadie pone en duda que no hable claro. Es decir que dice lo que dice y se le entiende. Por eso me atrevo a calificar de pregunta-trampa la realizada por el director de El Diario Montañés la otra noche en la cena que siguió a la conferencia del presidente cántabro en el Club Siglo XXI, en Madrid.
No es mi intención discutir el derecho de Manuel Ángel Castañeda a preguntar lo que le venga en gana, pero tampoco quiero dejar pasar, por un mal entendido corporativismo profesional, lo que, a mi modo de ver, fue un intento, bastante infantil por otra parte, de pillar en contradicción al conferenciante por sus duras críticas a a la labor de oposición del PP en el ámbito nacional.
Quería el director del DM que explicase Revilla como hacia compatible su diatriba en contra de la forma en que el PP se ha opuesto al Gobierno en materia de terrorismo sobre todo, con su implacable alegato en contra de la pretensión del lehendakari vasco de seguir adelante con su referéndum de autodeterminación. La pregunta-trampa tenía por objeto obtener leña para la hoguera en la que el PP de Cantabria, con la colaboración del DM, viene intentado quemar a Revilla por no sumarse acríticamente al acoso y derribo al Gobierno Zapatero por haber intentado el diálogo con ETA.
Revilla repitió argumentos ya conocidos: todo gobierno tiene derecho a explorar vías para acabar con el terrorismo, es al Gobierno a quien le corresponde la dirección de la lucha antiterrorista y no es posible que nadie en su sano juicio pueda pensar que el presidente Zapatero no quiera acabar con la violencia en el País Vasco.
En las preguntas siguientes Revilla aprovechó la ocasión para clavar algunas banderillas negras al PP de las que en la crónica del acto publicada ayer por el DM poco o nada se dice. Resumo dos de ellas. Rechazo de las bajadas de impuestos y apuesta por un Estado que practique la redistribución social. Comparativo entre la confianza, basada en los hechos, entre el Gobierno del PP y el Gobierno del PSOE; entre Aznar y Zapatero, donde sin ningún género de dudas salió mejor parado el segundo que el primero.
Por ello, y aunque eludió responder directamente a la pregunta sobre si pediría el voto para el PSOE en las elecciones del 9-M, no hace falta ser avezado hermenauta para traducir el único silencio del presidente de Cantabria en una noche plagada de confesiones, opiniones y recuerdos.
Si (
No(
