Radares cadáveres

La campaña de control de los accidentes de tráfico por medio de una mayor vigilancia y el endurecimiento de las sanciones está dando resultados positivos aunque con una penetración en la conciencia cívica de los conductores más lenta de lo esperado. Una de estas estrategias son los radares ubicados en los arcenes de las carreteras que presentan mayor con mayor índice de peligrosidad.

En algunas carreteras, estos radares han sido atacado con la intención de inutilizarlos mediante el sistema de pintar y golpear el cristal tras el que supuestamente está instalada la cámara que toma la imagen del conductor infractor.

Probablemente sea una gamberrada intencionada de algún conductor sancionado anteriormente, pero lo curioso del caso, es que alguno de esos radares lleva meses en esta situación sin que hayan sido reparados para su normal funcionamiento.

Uno de estos radares, por ejemplo, está situado en el puerto que une la población de Galapagar con la de la de Las Rozas de Madrid,  y se instaló -muy acertadamente en un punto de especial peligrosidad- para controlar a los conductores que sobre dos o cuatro ruedas suben este puerto emulando a Dani Pedrosa o Fernando Alonso.

Desde hace meses, de forma curiosa y censurable, este radar sigue inutilizado, ya que  nadie lo ha reparado, con lo que algunos conductores irresponsables han tomado esta situación como una victoria sobre la policía que es rememorada habitualmente en lugares de reunión de motoristas como el puerto de la Cruz Verde.