Los inmigrantes y su situación social en el eje de los debates de la Cumbre Iberoamericana

El compromiso por la atención integral a las migraciones estará en la primera línea de los debates de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se desarrollará en Santiago de Chile entre el 8 y el 10 de noviembre. En las reuniones ministeriales previas a la cumbre se ha abierto paso la idea de que atender a los migrantes es un elemento indispensable para asegurar la cohesión social.

A propuesta de Chile, el tema de esta decimoséptima cumbre iberoamericana -en la que intervienen  todos los países latinoamericanos, más España, Portugal y Andorra- es “la cohesión social y políticas sociales para alcanzar sociedades más inclusivas en Iberoamérica”.

En los trabajos de las once reuniones ministeriales sectoriales efectuadas en Chile en el curso de este año, se enfatizó la necesidad de enfocar multidisciplinariamente el tema de las migraciones, de acuerdo al principio de responsabilidad compartida entre los países de origen, tránsito y destino de los migrantes.

Se espera que en el documento final de la Cumbre, que se denominará “Declaración de Santiago”, y que está actualmente en elaboración entre los más altos dignatarios, se estampe el compromiso pleno de los participantes para garantizar los derechos humanos de los migrantes, independiente de su condición migratoria y de las razones que tenga para ello, y en el marco de las leyes de cada país.

En lo que se refiere al empleo, otro de los temas que ha concitado mayor atención en las reuniones previas, es previsible que el documento final, que se dará a conocer al mediodía del sábado 10 de noviembre –una vez finalizada la Cumbre- señale el compromiso multilateral de adoptar políticas para aumentar la creación de trabajo decente y de calidad.

El canciller chileno, Alejandro Foxley, explicó el martes a los corresponsales extranjeros que si bien los acuerdos de las Cumbres no son obligatorios, lo más probable es que los jefes de Estado participantes destinen un tiempo de la reunión cumbre para analizar si los acuerdos de la reunión anterior se han llevado a la práctica.

El énfasis en la calificación de trabajo “decente y de calidad” ha sido puesto por Chile y otros gobiernos de la región. Preocupa, por ejemplo, que se adopten resoluciones sin considerar la necesidad de adoptar instrumentos y mecanismos de formalización del empleo, que beneficien en especial a las personas que laboran en el vasto sector informal de la economía.

Por ello, se espera que los presidentes y jefes de gobierno que acudan a Santiago estampen en el documento final la urgencia de comprometer como objetivo común de las políticas públicas la necesidad de cada país para que todos sus ciudadanos tengan empleos decentes y de calidad. Ello contribuirá sin duda a la mejor distribución de la riqueza y favorecerá una mayor movilidad social.