OPINIÓN/Víctor Gijón
Actitudes chavistas de De la Serna
El PP en el ayuntamiento de Santander ha creado una especie de asamblea al estilo Chávez para dar sustento a sus ocurrencias o proyectos dudosos. Mientras tanto el pleno, donde está representada la voluntad popular expresada en las urnas, se tiene que limitar a conocer de segunda mano las ideas de alcalde Iñigo de la Serna.
A éste no le queda tiempo, al parecer, para debatir en pleno, informar con carácter previo a los concejales o remitir la información que se le solicita. Y lo entiendo. No se puede estar por la mañana haciendo de líder regional de la oposición, por ejemplo dando doctrina en la polémica del AVE a Castilla o por Bilbao, asunto sobre el que el PP no ha dicho ni mu, y por la tarde escuchando a Sabina para interactuar con la letra de su canciones al objeto de responder con las mismas armas (la música del compadre del Nano Serrat) a un artículo de la vicepresidenta del Gobierno, la socialista Lola Gorostiaga, que puso al alcalde en su lugar.
Y por la noche..., ¿qué hace por la noche De la Serna? Pues todo indica que medita sobre la ocurrencia para el día siguiente. Por ejemplo gastarse otros 200.000 euros, y ya van medio millón, para intentar reconstruir La Horadada. O establecer estrategias defensivas para no echar a la calle a su compañero de partido, gerente de Mercasantander, responsable por omisión del desfalco de un millón de euros en la empresa pública de distribución alimentaria.
De la Serna acude hoy a Madrid, al encuentro en el Ministerio de Fomento, con la propuesta de levantar un edificio emblemático en el espacio ferroviario liberado tras la unificación de las estaciones de Santander. La idea merece ser considerada (lo tengo escrito), siempre y cuando no sirva para volver al discurso de las exigencias, del háganmelo todo o me convierto en el pobre Calimero.
Otra cuestión es que, a pesar de la importancia y trascendencia de la propuesta, no haya tenido a bien compartirla con los grupos de la oposición. Socialistas y regionalistas se han enterado por la prensa de los que pretende el alcalde que, sin embargo, no dudó en enseñarla y contrastarla en una reunión de la Comisión de Sostenibilidad. Un organismo al que De la Serna tiene que agradecer su toma de partido hasta mancharse en el controvertido asunto de gastarse el doble de lo presupuestado para hacer de un paraje natural, la Vaguada de las Llamas, un parque artificial y artificioso.
Este asamblearismo de De la Serna no tiene razones ideológicas sino prácticas. Es más fácil que le apoyen quienes no tienen que responder ante nadie, salvo aquel que les ha elegido a dedo: el alcalde. En el caso de otros integrantes de la comisión su compromiso no es con los vecinos de Santander, donde no viven. Y me estoy refiriendo a un relevante integrante del movimiento vecinal santanderino, báculo militante de los alcalde del PP en la capital de Cantabria, que para más sonrojo es concejal de Entrambasaguas.
Si (
No(
