El escaño de "Albacete"

   El PSOE y el PP creen que ganar las elecciones de marzo va a depender de tan poquitos votos que le están preparando a sus líderes una especie de "bienvenido mister Marshall" por la treintena de provincias en las que piensan que se juega el próximo gobierno de la nación, para que intenten conquistar voto a voto la mayoría suficiente que ambos anhelan. Como si en vez de salir de elecciones Zapatero y Rajoy salieran de gira, vamos. Como hacen los cómicos y los artistas en verano con sus conciertos y sus teatrillos. Cuatro meses son una eternidad en la política, y más en este país nuestro tan rarito. Pero a una eternidad de cuatro meses de la cita con las urnas, socialistas y populares descartan la posibilidad de que cualquiera de los dos gane por mayoría absoluta.

   "Gobernar, esta vez, va a depender de quien consiga el escaño de Albacete", asegura a modo de ejemplo un veterano "cocinero" electoral. Y ganarse el favor de los "albaceteños", por seguir con el ejemplo, es el objetivo a lograr. En este marco hay que encajar el insólito despliegue de "umes" (la Unidad Militar Especial que depende de Zapatero) y ministros que se están dejando caer estos días por una de esas provincias decisivas, Alicante, para escenificar la solidaridad del Gobierno con los afectados por las riadas que han asolado la comarca de La Marina. La propia vicepresidenta de la Vega: que en las encuestas supera de largo en popularidad al propio presidente, se personó ayer en la zona casi al mismo tiempo que el "número dos" del PSOE, José Blanco, revelaba como sin querer en los desayunos de Europa Press que el ansiado y disputadísimo "número dos" de la lista que encabezará Zapatero en Madrid será precisamente ella: "la Vice"

   La receta varía. Desacreditar el liderazgo de Rajoy (que, más que por "acompañarle", en el PP hay tortas por "relevarle") será el eje de la campaña socialista, y no dejar que los ciudadanos olviden "los líos en que nos ha metido Zapatero" (ETA, la escalada soberanista catalana y vasca), el de la campaña popular. Pero el diagnóstico es el mismo: llevarse "el gato" al agua esta vez va a depender, según admiten ambos, como siempre de la participación (si es muy alta los dos opinan que favorecería al PSOE, y si es baja al PP) y más que nunca de que voten "los propios" y se abstengan "los contrarios"; pero, sobre todo, por primera vez en lo que llevamos de democracia, del puñado de votos del "escaño de Albacete".