Tania, la magnífica impostora

Sus evidentes kilos de más hacían que el paso de la mujer fuera algo lento y que se detuviera cada diez o quince minutos para tomar aliento. Sin embargo, la energía con que transmitía su dramático testimonio la hacían retomarlo y volver a internarse por los recodos del Tribute Center, un centro dependiente de la Asociación de Familias del 11-S.

Tania Head resultó ser una espléndida guía. Tanto así que el pequeño grupo de gente de habla española que asistíamos a una conferencia por la Paz en Nueva York y que, en ese momento la seguíamos, tuvimos que enjugarnos las lágrimas frente al relato estremecedor que describía su experiencia frente a los ataques contra el World Trade Center. Vivi, la italiana que se nos había sumado se hizo a un lado sobrecogida y estalló en sollozos.

Todos habíamos escuchado historias de los sobrevivientes del once de septiembre neoyorkino, pero ninguna como ésta contada por una de los únicos l9 sobrevivientes de los pisos que quedaron por encima del impacto de los aviones y que tenía todos los ingredientes de un best seller. Tania, de origen español, había conocido al colombiano David cuando este tomaba un taxi que le ofreció compartir y que ella no aceptó. Luego, se habían encontrado en un restaurante y se habían enamorado perdidamente.

Hubo matrimonio civil en una playa solitaria bajo la luna y la mujer se había quedado destrozada con su blanco y bordado vestido de novia listo para subir al altar luego de asistir atónita desde la Torre Sur al violento piquero de un avión que atravesó el piso donde trabajaba su marido en la Torre Norte.

Ella contaba su descenso desenfrenado por las escaleras con la esperanza de encontrar a David en la cafetería (la había convidado a acompañarlo minutos antes), después, la decepción, el horror, el dolor y, finalmente,  su despertar en un hospital de los suburbios.

Tuve el privilegio de conocer a la magnífica impostora, Tania Head, presidenta de la asociación “Survivors Network”, que durante los últimos seis años ha sido una de los sobrevivientes con más presencia mediática en su país y el extranjero. La mujer contó innumerables veces su conmovedora historia en actos en memoria de los muertos en los ataques terroristas y ese relato nunca fue contrastado.

Head, que nunca solicitó ninguna compensación económica, participaba en los tours guiados en la “zona cero” y aseguraba ser una alta funcionaria de la empresa Merill Lynch & Company, sin embargo la compañía asegura que la mujer no pertenece a su staff.

Esta es sólo una de las incongruencias de la historia de Tania o Alicia Head, como consigna el reportaje del “The New York Times” que destapó el escándalo. Ella sostenía haber establecido una fundación de beneficencia en memoria de su pareja de la que no existe registro. Tampoco figura como alumna de Harvard ni de Stanford, como se presentaba ni como cooperante en Indonesia tras el tsunami de 2004 y en Nueva Orleáns después del Katrina.

En lo que se refiere a su historia personal lo único que cuadra es la identidad de su supuesto prometido que efectivamente murió en la Torre Norte, pero cuya familia y amigos aseguran no haber oído hablar jamás de Head.

Es probable que esta mujer poco agraciada y de monótona biografía haya visto en el dramático ataque a  las Torres Gemelas la posibilidad de inventarse una vida feliz. Vida prestada que incluía estudios de excelencia, trabajos exitosos  y amor verdadero.  Ahora, es probable que Tania Head termine tras las rejas, pero quizás le compense pagar este duro precio por un  sexenio de protagonismo y gloria que en la vida real jamás habría sido suyo.

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Marcia Scantlebury
Periodista