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Dossier de Diariocrítico

Los pasos que dará el lehendakari para su proyecto de 'consulta popular'

Estos son los pasos y las consecuencias políticas:

  Primer Paso:

Oferta de Pacto Político al Presidente del Gobierno español (finalización del período de sesiones en junio de 2008).

Deseo oficializar en este Parlamento una oferta institucional al Presidente del Gobierno español para alcanzar un Pacto Político entre Euskadi y España sobre dos principios claros:

-        El principio ético  de rechazo a la violencia, y el compromiso de la sociedad vasca con las vías única y exclusivamente políticas y democráticas.

-        El principio democrático de respeto a la voluntad de la sociedad vasca, y el compromiso de incorporar este reconocimiento y su ejercicio en el ordenamiento jurídico.

Este Pacto sería la llave política que posteriormente fuera ratificada por la sociedad vasca, para abordar un proceso de solución sobre la base de dos compromisos:

-          El compromiso de abordar el final dialogado de la violencia, cuando se den las condiciones establecidas en la resolución aprobada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005.

-          El compromiso de auspiciar un proceso de negociación entre los partidos vascos, sin exclusiones, para alcanzar, en un tiempo determinado, un acuerdo político que desarrolle y articule jurídicamente el pacto alcanzado, para su posterior ratificación por la sociedad vasca en un referéndum resolutivo.

 

La oferta está realizada y desde hoy mismo mi agenda está abierta. Mi disposición es completa y así se lo voy a trasladar personalmente al Presidente del Gobierno español. Tenemos tiempo más que suficiente. Si existe voluntad política, es posible alcanzar un Acuerdo que permita sentar las bases del fin de la violencia y abrir un nuevo futuro de relación política. Podemos, si queremos, abordar la solución de la raíz del conflicto vasco, un conflicto histórico de naturaleza política.

 
Segundo Paso:

Pleno del Parlamento Vasco en junio de 2008 para refrendar el pacto político alcanzado con el Estado y autorizar una consulta jurídicamente vinculante para su ratificación; o bien para autorizar la celebración de una consulta habilitadora que abra un proceso de solución.

En el próximo mes de junio de 2008, para finalizar el período de sesiones, plantearé la celebración de un Pleno Extraordinario del Parlamento Vasco para que esta Cámara pueda valorar y decidir sobre dos posibilidades:

-                Bien la ratificación del Pacto Político alcanzado con el Presidente del Gobierno español, así como la autorización para que la sociedad vasca pueda refrendarlo en una consulta jurídicamente vinculante. Esta consulta ratificadora sería la llave para abrir un proceso de negociación entre los partidos vascos.

-        Bien, la autorización para la realización de una consulta habilitadora, para superar la situación de bloqueo y que sea la sociedad vasca, con su decisión, quien nos traslade el mandato de abrir un doble proceso de diálogo y de negociación que conduzca al final definitivo de la violencia, por un lado, y abordar la solución del conflicto político, por otro.

 

Mi compromiso es respetar la voluntad de este Parlamento y actuar en consecuencia. Por ello, deseo adelantar, que si por parte de este Parlamento no se refrendara el Pacto Político alcanzado y, por tanto, no se aceptara la consulta ratificadora del mismo, o si, en su caso, se decidiera negar la autorización de una consulta habilitadora que abra un proceso de solución, por supuesto aceptaré la decisión y mi voluntad política será disolver el Parlamento y convocar elecciones en Otoño.

  Tercer Paso:

25 Octubre 2008: Consulta de ratificación del Pacto alcanzado, o Consulta habilitadora para abrir un proceso de solución.

Propongo que mediante su opinión, democráticamente expresada el próximo 25 de octubre de 2008, la sociedad vasca abra el camino a recorrer, legitime su contenido y valide un proceso de negociación política.

Este es un aspecto fundamental porque, en esa fecha, la sociedad vasca tendrá en sus manos la capacidad para ratificar el pacto alcanzado o bien para desbloquear la situación y abrir un proceso de solución.

En el primer caso, y siempre tras la autorización del Parlamento Vasco, la sociedad vasca tendrá la oportunidad de ratificar en una consulta jurídicamente vinculante, convocada al efecto conjuntamente por el Presidente español y el Lehendakari, el Pacto Político alcanzado y sustentado sobre el principio ético y el principio democrático que permita abrir un proceso de solución del conflicto político vasco.

En el segundo caso, la sociedad vasca tendrá en sus manos la capacidad para enviar a todas las partes el mandato de abrir un proceso de solución, mediante una consulta habilitadora que, si bien soy consciente, no será jurídicamente vinculante, tendrá plena validez política, social y democrática, para abordar el fin definitivo de la violencia y la solución del conflicto político. Esta consulta habilitadora representa un cauce lícito y democrático para que los ciudadanos y ciudadanas vascas ejerzan libremente el derecho fundamental de participación ciudadana.

La sociedad vasca será consultada, en este caso, para enviar un doble mandato:

-                Primero, para que el Gobierno español y ETA inicien un proceso de diálogo con el objetivo de lograr el fin definitivo de la violencia, siempre que ETA manifieste previamente su voluntad inequívoca de abandonar el terrorismo y que las decisiones políticas correspondan a los representantes políticos vascos.

-                Segundo, para que todas las fuerzas políticas vascas sin exclusiones, inicien un proceso de negociación con el objetivo de alcanzar, en un plazo determinado, un acuerdo de normalización política sobre el ejercicio del derecho a decidir del Pueblo Vasco y sobre el marco de relaciones, tanto internas como externas, que deseamos mantener.

 

En relación con este tercer paso y sus consecuencias políticas, quiero, también, hablar con claridad para que nadie pueda interpretar intenciones ocultas de carácter electoralista. Deseo adelantar públicamente desde hoy mismo ante esta Cámara que, sea cual sea el resultado de la consulta, tanto si es positivo como negativo, mi compromiso es disolver posteriormente la Cámara y convocar elecciones. Este es un compromiso público e independiente del resultado de la consulta.

  Cuarto Paso:

Proceso de Negociación y Referéndum resolutivo en el segundo semestre de 2010

Si todos, incluida ETA, nos hemos manifestado en multitud de ocasiones dispuestos a respetar la voluntad popular, nuestro compromiso debería ser, en primer lugar, aceptar que la sociedad vasca sea consultada y, en segundo lugar, asumir, respetar y dar respuesta a esa voluntad.

De esta forma, una vez celebrada la consulta de ratificación del pacto alcanzado con el Estado o, en su caso, la consulta habilitadora, y si esta es positiva, la siguiente fase natural es que todas las partes implicadas se sientan obligadas democráticamente a dar los pasos correspondientes para iniciar un proceso de solución.

Por un lado, ETA estaría obligada por decisión popular a realizar una manifestación inequívoca, creíble y demostrable, de su voluntad  para poner fin a la lucha armada y, en consecuencia, el Gobierno español y ETA abrirían una mesa de diálogo para dilucidar todos los aspectos relacionados con el fin definitivo de la violencia.

Por otro lado, todas las fuerzas políticas vascas, sin exclusiones, estarían comprometidas a poner en marcha una mesa de negociación política para alcanzar, en un plazo fijado de antemano, un Acuerdo de Normalización Política sobre el derecho a decidir del Pueblo Vasco, las relaciones de territorialidad y, por supuesto, todas aquellas cuestiones que los partidos consideren de interés., que a continuación sería sometido a referéndum resolutivo.

 

Este Acuerdo político debe tener la vocación de la máxima integración, pero sin vetos por parte de nadie. Porque, seamos sinceros, un conflicto de esta naturaleza será difícilmente superable si para la búsqueda de la solución partimos de la premisa de que “todos deben estar de acuerdo”, puesto que ello legitima la actitud de bloqueo y de veto de aquellos sectores y partidos que abogan por mantener el “statu quo” alcanzado.

De este modo, a cualquier propuesta de cambio en Euskadi, algunos partidos exigen un consenso y un respaldo popular mucho mayor que el que se exigió y se exige, para mantener el marco jurídico-político vigente, con el argumento de que cualquier cambio o modelo alternativo genera división. Es preciso reivindicar el estricto principio democrático como instrumento fundamental para resolver los conflictos políticos y romper definitivamente la espiral que nos ata indefectiblemente al bloqueo permanente. Así se ha hecho y se está planteando con toda naturalidad democrática en otros conflictos de naturaleza similar al caso vasco, tanto en Europa, con el amparo de la propia Unión Europea,  como en el resto del mundo.

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