Más bueno que la hoja de coca sin precursores

Deben tener tan poco que hacer que cuando los embajadores bolivianos
se juntaron en reunión cantada en el altiplano boliviano, se les
entregó una misión clara y concreta. ¡Aprendan a realizar lobby!, Evo
tiene que ser premio Nobel de la paz, todo lo demás no importa.

Cómo los embajadores no tienen cosas más importantes que hacer por los
residentes bolivianos en el exterior, ahora tienen la única misión de
realizar todo el lobby posible para explicar al mundo la idea de que
Evo es más bueno que la hoja de coca sin precursores.

El premio Nobel de la paz también ha sido encomendada a los
comunicologos amigos de la revolución, aquellos que escriben sus
columnas justificando la inoperancia gubernamental en nombre de
indigenismo que compró Morales cuando tomó el poder. Ahora, llenan
tabloides apoyando la postulación al premio, posiblemente para revivir
su izquierdismo mediocre que murió en los años 70.

Misteriosamente, los hechos de violencia que protagonizó Evo Morales
en su etapa de líder cocalero, han sido olvidados. Ya en su etapa de
gobernante, es responsable directo de la violencia y clima de
confrontación que vive Bolivia. Que quieran maquillarlo como lucha
indígena es sólo una verdadera estupidez. La revolución de la que
tanta habla Morales cobró la vida de bolivianos.

Los hechos de Cochabamba de enero de este año han sido la muestra más
clara del espíritu autoritario y dictatorial del presidente de
Bolivia, quien a falta de ideas tomó al grupo de choque más cercano y
decidió derrocar al prefecto de Cochabamba, quemando la prefectura del
departamento el grupo de cocaleros liderados por dirigentes del MAS
como Leónida Zurita y Omar Fernández. Este grupo de sindicalistas y
dirigentes respondiendo a las órdenes de Evo Morales ha amedrentado,
hostigado e intimidado a la población durante los hechos de Enero 2007
en Cochabamba. Aquella que democráticamente quería expresarse.

Casos como estos se han repetido en Bolivia durante el período
presidencial de Morales, todos estos conflictos han querido ser
transformados en problemas raciales o étnicos, convirtiendo la queja
popular en discriminación o en complot. Simplemente autoritarismo al
más alto nivel.

Los embajadores con el dinero proveniente de Venezuela podrán hacer
las reuniones que quieran, ha pasado en Argentina, hace unos días.
Pero la realidad que vivió el país y el clima de convulsión se lo
puede ver día a día. No nos dejemos engañar por la burbuja mediática
convertida en show que creó Morales junto con un terrorista buscando
de la justicia peruana.

El premio Nobel debe ser para alguien que se lo merece, el presidente
boliviano no es uno de ellos. Tan cierto como que los embajadores
bolivianos tienen mayores responsabilidades y obligaciones con los
ciudadanos bolivianos en el exterior.

El que hace la guerra no hace la paz, la hoja de coca con precursores
es cocaína, les guste o no.