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Desastres de la naturaleza: terremoto del Perú, incendio de Grecia y el ‘katrina’ de nueva Orleans

            Ante estos tres grandes Desastres de la Naturaleza que hemos padecido últimamente, por no citar a otros causantes también de daños cuantiosos (el Dean, el Sutnami, etc), quiero lanzar un grito, una patética llamada de atención como “Ciudadano del Mundo”, a las Naciones Unidas y a sus 192 Estados Miembros que la integran.

            Naciones Unidas han repetido machaconamente que “LOS PROBLEMAS MUNDIALES, REQUIEREN PLANTEAMIENTOS Y SOLUCIONES MUNDIALES”.

            La verdad de esta afirmación la prueban reiteradamente las malas soluciones conseguidas cuando se aplican a problemas universales planteamientos o soluciones parciales o de alcance limitado, como en el caso de la inmigración, el terrorismo y tantos otros.

            Con una visión global debemos actuar los Seres Humanos ante los tres Grandes Conflictos que el HOMBRE DEL TERCER MILENIO tiene hoy planteados con el MEDIO AMBIENTE, los DESASTRES DE LA NATURALEZA, y el Conflicto INTERHUMANO, que es la GUERRA.

            Los tres Conflictos están interrelacionados, si los consideramos integrados en la Teoría del Conflicto.

            Todo Desastre de la Naturaleza, cualquiera que sea el área geográfica donde tenga lugar, y la clase e intensidad del mismo, perturba la vida de los seres humanos y les deja unas huellas de muerte, destrucción, profundo dolor, aterrorizada impotencia y largos plazos de recuperación y reconstrucción. Un terremoto, un incendio y un huracán nos alertan de la necesidad de organizarnos mundialmente para evitar sus daños en el futuro.

            El Terremoto del Peru ha dado a conocer al mundo, el miércoles 15 de Agosto de 2007, que el movimiento en el mar de dos placas gigantes en el zócalo continental a 33 Km de profundidad y a 60 Kms. de la costa, es capaz de estremecer a la cordillera de los Andes.

            Que en el corto tiempo de 3,5 minutos, extraña que se pudiera producir un seísmo de 7,9 puntos en la escala de Richter y causar mas de 550 muertos, un millar de heridos, destruir el 80% de la ciudad de Pisco, dejar a 200.000 personas en la calle, y también destruir los edificios de Ica, la mas afectada, y Cañete. Escombros por doquier, entre ellos los que se encontraban oyendo misa en una Iglesia que quedó destruida. En Lima el seísmo fue de 6,3 grados y cuando los despavoridos siete millones de limeños salieron a la calle aterrorizados, no pudieron comunicarse con sus familiares, pues los teléfonos móviles estaban inutilizados.

            Y aparece la picaresca. Miles de rateros cerca de la costa gritaban a las gentes “marejada” (Sudami) para que abandonaran zonas cercanas a las costas y poder robar. Para evitarlo hubo de desplegar al Ejército.

            Ante la magnitud de la catástrofe, el Presidente Alan García ha hecho una solicitud de ayuda de carácter mundial.

            El Terremoto del Peru, ha probado, una vez mas, la descoordinación, la improvisación y lo lejos que estamos de conseguir ayudas rápidas y eficaces.

            El incendio de Grecia, comenzó el 24 de Agosto de 2007, seguía activo, en algunos focos el día 31 de Agosto. Solo después de 10 días se consiguió, a pesar de la ayuda de 20 países, apagar el incendio. En siete días, se había cobrado 64 muertos. Las pérdidas son muy cuantiosas: 150 pueblos quemados, miles de hogares destruidos, calcinadas 190.000 hectáreas. Ha probado que las autoridades del Estado, quedan desbordadas, por falta de medios cuando se producen 120 focos de incendios simultáneos. Algunas graves decisiones adoptadas serán discutidas siempre. Se decidió salvar el patrimonio histórico, que lo es de Grecia y de la Humanidad, mientras varios pueblos ardían al no poder acudir a ellos por falta de medios. Y como nuevo “efecto colateral” a sumar en las magnitudes catastróficas propias de las causadas por los Desastres de la Naturaleza, el haberse politizado el tema dada la proximidad de las elecciones.

            La controversia de si el incendio ha sido o no provocado, ha “calentado” aún más los doloridos y excitados ánimos de los griegos. Con lo cual las consecuencias negativas aumentarán en intensidad y dolor. Serán mas duraderas e hirientes.

            Pero como las desgracias nunca vienen solas a primeros de Septiembre se han desatado lluvias, riadas e inundaciones cuantiosas, que recuerdan a las sufridas hace dos años.

            El huracán KATRINA arrasó la ciudad de Nueva Orleáns el 29 de Agosto de 2005. Las crónicas de corresponsales de prensa, radio y televisión, narrando el estado de los habitantes y de la ciudad, dos años después de la catástrofe, escalofría a los espíritus menos solidarios o indiferentes ante el dolor ajeno, y los 1.500 muertos acaecidos. Y pensemos que ha ocurrido en una de las ciudades del país mas rico y con mas medios y recursos del mundo: los Estados Unidos de América. ¿Cuál sería la situación en una ciudad africana o asiática, en vías de desarrollo?. Da pavor pensarlo.

            Como la reconstrucción de los diques, que impedirán nuevas inundaciones, es muy lenta y tardará cuatro años en terminarse, cunde en muchas personas el temor a un nuevo huracán y deciden abandonar la ciudad. Se encuentran abatidos y temerosos. Muchas de las que huyeron, son decenas de desplazados, no están dispuestas a volver. De los 455.000 ciudadanos de Nueva Orleáns, un tercio no han regresado. El aumento de la criminalidad la ha convertido en una ciudad peligrosa.

            Muchas familias viven precariamente en unas 40.000 caravanas y remolques. Algunas de ellas emanaban el gas tóxico formaldehído, que afectó a mas de 500 personas en el mes de Julio. Las depresiones psíquicas se acusan especialmente en muchas de las personas que aún viven en caravanas. Los suicidios han aumentado.

            La lentitud burocrática, las no facilidades para el cobro de los seguros, causan no solo daños materiales sino psicológicos y emocionales, que afectan a todos los ciudadanos sin exclusión de raza, edad y condición social.

            El espíritu solidario norteamericano se ha hecho patente con la presencia de 100.000 voluntarios que han prestado ayuda. Necesaria pero no suficiente.

            En Agosto de 2007, el potente Huracán DEAN causó 30 muertos en México, Jamaica y República Dominicana. Numerosas destrucciones llevan su firma. Su categoría cinco y la alta velocidad de sus vientos, pusieron la rubrica.

            Y al comenzar este mes de Septiembre, aparece otro Huracán con nombre propio FELIX y alta calificación: cinco y vientos de 260 Km/hora. En su trayectoria va causando lluvias e inundaciones y su paso por Honduras, Nicaragua, Bolivia y Yucatán, dejará un rastro de sangre, sudor y lágrimas.

            Nicaragua y Honduras sufrieron en Noviembre de 1998 el devastador Huracán MITCH que causó grandes destrucciones, miles de muertos, y millones de dólares de pérdidas.

            La zona del Caribe es un “punto negro” de Huracanes, Ciclones y Torbellinos, cuyos nombres forman una auténtica lista negra. La temporada ciclónica que comenzó el 1 de Junio y concluirá el 30 de Noviembre de 2007, ha conocido cinco tormentas tropicales: ANDREA, BARRY, CHANTAL, DEAN Y ERIN, de las que el DEAN derivó en Huracán.

            Los Desastres de la Naturaleza que hemos padecido desde el comienzo del Tercer Milenio en el año 2000, han producido un factor común: sufrimiento de la población; desbarajuste generalizado de la ciudadanía y de los directivos políticos y administrativos; ayudas que llegan tarde y no son bien distribuidas a los afectados; cien formas de variada picaresca buscando la supervivencia; y saqueos y robos que las autoridades locales no pueden impedir, etc. Esto es, una serie de efectos colaterales, que aumentan el desconcierto físico y psíquico de las victimas, y su dolor y desesperación. Además, la curación de los heridos, por falta de medios, y la restauración de las infraestructuras causadas por terremotos, huracanes, sutnamis, inundaciones, volcanes, sequías, etc, suelen tener un ritmo de reconstrucción excesivamente lento. El vértigo de las noticias pasa rápido, pero los rescoldos del dolor y del sufrimiento de los afectados permanecen decenas de años, quizás mientras vivan. . .

            Esta lección no puede ser ignorada.

            Se ha dicho que el HOMBRE DEL TERCER MILENIO, es el mas inteligente en la Historia del “Homus Sapiens”. Y en efecto, ha sido capaz de salir al espacio exterior, tiene una extraordinaria capacidad de investigación e innovación, tanto en sectores de sistemas de animales y plantas microscópicas como del Genoma Humano y animal. Ha clonado animales, cura enfermedades antes imposibles, etc. La Informática ha revolucionado las Comunicaciones y la Información. La Ciencia y los laboratorios nos sorprenden día a día con sus adelantos.

            El Hombre ha probado contundentemente, durante millones de años, su carácter conflictivo y batallador. Dos familias se disputaban la posesión de la charca de agua. Hoy los Estados lo hacen por las energías fósiles, por ser independientes políticamente de otro Estado, por razones religiosas, formas políticas, etc. Y en esos aspectos, el Hombre se muestra contumaz, persistente en el error.

            Los árboles, los pequeños Conflictos, no le dejan ver el bosque, los tres auténticos grandes Conflictos de los Seres Humanos con el Medio Ambiente, los Desastres de la Naturaleza, y el Conflicto Interhumano de la Guerra.

            Es preciso comenzar una campaña de solidaridad mundial y de reflexión ante nuestra propia vida y los grandes Conflictos que la perturban.


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                                   Fernando de Salas López

                                   Rector de la Sociedad de Estudios Internacionales (SEI)

                                   Presidente de la Fundación de Estudios Internacionales (FEDEI)

                                   Miembro del Capítulo Español del Club de Roma

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