Más vale tener un seguro y no necesitarlo que necesitarlo y ...*

La naturaleza desató repentinamente su furia sobre el Perú, pero sólo por la misericordia de Dios no estamos enfrentando una catástrofe a nivel nacional, aunque paradójicamente, el terrible sufrimiento de nuestros compatriotas radicados entre Cañete e Ica y sus respectivos pueblos aledaños, frente a las carencias materiales y pérdidas de vidas humanas, revela una catástrofe nacional de imprevisión y debilidad logística que debe conducirnos a una profunda y serena reflexión.

El núcleo geográfico devastado por el terremoto se halla a una distancia de la capital, comprendida desde el kilómetro 136 hasta el kilómetro 330. Luego del sismo de ocho grados en la escala de Richter, transitar los 194 kilómetros intermedios, por las razones ya conocidas, consume demasiado tiempo de desplazamiento.

A tan poca distancia de lima viene resultando muy difícil llevar ayuda oportuna a los damnificados utilizando la vía terrestre. De allí que la desesperación por el hambre, el frío y la sed, entre otros estados de necesidad, vayan generando actos de irracionalidad e inhumanidad.

Sin embargo, nos queda el mar y la vía aérea. En el primer caso lleva cierto tiempo llenar un buque. En el segundo, contamos en Pisco con un inmenso aeropuerto militar pero descubrimos que no tenemos aviones ni helicópteros.

Ha sido penoso ver que sólo dos aviones Antonov, cuyas dimensiones y capacidad de carga es mínima y dos antiguos Hércules (cuatro avioncitos en realidad), son los únicos que están yendo y viniendo llevando víveres, carpas, medicinas, etc., y trayendo heridos en grupos pequeños.

De los helicópteros mejor ni hablar porque salvo aquellas pequeñísimas naves de la policía, no aparecieron los del Ejército ni de la Fuerza Aérea y cuando la Marina puso el suyo, éste se cayó de viejo sin poder soportar un vuelo entre Pisco e Ica con cinco toneladas de carga.

¿Por qué demonios no tenemos una flota aérea de reserva capaz de resolver nuestros problemas frente a cualquier catástrofe? Ahora sí estoy de acuerdo con todos aquellos que cuestionaron la entrega de nuestro espacio aéreo, y denunciaron la renuncia del Estado a fortalecer nuestra capacidad operativa por aire, mar y tierra. El ridículo mayor se produce ante la llegada de la ayuda extranjera a Pisco, en cuyo aeropuerto no hay capacidad técnica de descarga rápida por cuya razón la FAP ha tenido que pedir ayuda al sector privado.

Es hora de potenciar nuestra capacidad de defensa, sea frente a catástrofes naturales o frente a agresiones externas.

¿Dónde está el avión presidencial no vendido aún? Con lo que nos ha pasado, esa venta no tiene sentido. El avión grande paralizado. El avioncito actual para la presidencia no sirvió para nada. Cosas del perú.

:: Marcos Ibazeta (Perú). Ex Decano del Colegio de Abogados de Lima.
* Tomado del diario Expreso