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Días difíciles

   El alto responsable está cansado, y se le nota. Un día agotador, parte de él, en el extranjero. Ya por la noche, recibe al periodista. Sobre los hombros del alto responsable reposan demasiadas cargas. Las más graves. Quizá algún día, cuando esto pase, si es que pasa, lo contará todo. De momento, nada. No hay manera de convencer al Gobierno de que 'algo' ha de decir en relación con el proceso de paz con ETA, para mantener su credibilidad. El hombre que tengo enfrente es honesto, y todos lo saben, aunque desde la derecha más dura lo ataquen con saña, quizá porque es el que más sabe de política en el 'establishment'. El dinero no le interesa, y lleva años ganando mucho menos que cualquiera de sus colegas de la Facultad, allá por los primeros setenta. Es un político exclusivamente dedicado a la política, y esa es 'rara avis' de la que andamos bastante necesitados.

   El alto responsable, como el Gobierno en su conjunto, vive momentos de tribulación, y para él no hay reposo: en cualquier momento se puede producir un atentado de ETA. Ya se han desarticulado cuatro intentos. Se indigna cuando se le sugiere, o cuando afirman desde otros lados, que ahora hay detenciones y antes no. Antes había tregua, no había actividad de los comandos y, por tanto, no se les podía detener porque no se movían. El que podría producirse en cualquier momento no sería un atentado masivo, pero podría ser con víctimas, piensa la Policía. Lo que ocurre es que la Policía puede que esté nerviosa -esto no lo dice, claro, el personaje que tengo enfrente- y 'dé el cante' excesivamente rápido cuando se produce una detención; la de Santander se pudo 'congelar' dos horas antes de que se divulgase, en la confianza, vana, de que se podría arrestar a la compañera del etarra. Otros episodios, como la fuga de un joven en Castellón cuando viajaba en un taxi, se conocieron demasiado pronto, y quizá eso posibilitó la huida del etarra y de los posibles cómplices. El caso es que hasta ahora ha habido suerte a la hora de evitar que la banda crimninal cumpla sus propósitos, pero ¿y mañana? Las vacaciones de algunos altos responsables son casi imposibles.

   Quedan unos setenta activistas, jóvenes, a algunos de los cuales se les paga un sueldo. Y los dirigentes de la banda, te reconocen quienes creen que saben, quienes han estado cercanos a la negociación, no son como el grupo de fanáticos ignorantes que componen los comandos. En la negociación con el Gobierno han demostrado que tienen una estrategia y una táctica. Eso sí, están completamente enloquecidos en busca de sus tesis impracticables para el País Vasco. Y ahora están cortados los puentes, todos los puentes, con la banda. Y eso es indudablemente malo, aunque quienes saben, o creen saber, esperan nuevas aproximaciones de los etarras a la negociación; pero pasarán muchos meses, quizá dos o tres años, antes de que eso vuelva a ocurrir, te dicen, pesimistas. No, no son días felices prevacacionales para el Ejecutivo ni para quien lo preside, por mucho que sueñe ya con su desplazamiento a Doñana.

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