El PP ha acometido un profundo cambio en la estructura de mando del partido en Cataluña, de cara a las próximas elecciones generales. La dirección popular nacional, bajo el hacha de Ángel Acebes, ha nombrado una gestora para dirigir la campaña en esta comunidad, paralela al equipo del presidente del PP catalán, Josep Piqué.
Piqué llevaba un tiempo ya con la mosca detrás de la oreja. Las visitas del secretario general del PP, Ángel Acebes, a Cataluña no sólo entorpecían su deseo de centrar el partido, sino que le desautorizaban.
Piqué, de quien todos valoran su preparación, estuvo dando largas a su aceptación de liderar la lista por Barcelona de los conservadores catalanes. Justo después de dar el sí, Angel Acebes, de quien el ex ministro de Exteriores no dice cosas amables en privado, aprovechó una visita a Barcelona para dar una bofetada a la actual dirección de su partido en Cataluña: Acebes ha nombrado un comité de campaña con los más conspicuos partidarios de endurecer la política popular respecto al catalanismo, y lo ha hecho de espaldas a Piqué. El enfado de éste era más que evidente.
Xavier García Albiol, secretario de Organización y aguerrido militante popular que ha llegado a dar guantazos para defender a Acebes, es uno de los nombrados por éste, junto con Daniel Sirera, un parlamentario que durante las legislaturas anteriores contemporizaba con los nacionalistas de CiU y que en esta última ha sido un asistente conspicuo de las concentraciones que los “peones negros”, en su vertiente catalana, realizaban en la Plaça de Sant Jaume de Barcelona.
En la cuneta han quedado dos personajes cercanos a Piqué, Francesc Vendrell, su número dos, y Rafael Luna, el responsable de Organización de la regional. Y, al final, Piqué, harto de la línea durísima del PP –léase Acebes y compañía- ha tirado la toalla, ha presentado su dimisión "irrevocable" como presidente del PP de Cataluña y ha decidido "desmontar el dhiringuito". Le ha seguido en este camino dimisionario el secretario general, Vendrell, aunque ninguno de los dos se dará de baja como militantes del PP.
Piqué, ¿se ha ido o lo han echado?
La pregunta que la clase política catalana se hacía a media tarde era: “¿Ha dimitido o lo han dimitido?”. La historia pasó el miércoles y es más o menos así: Acebes estuvo en Barcelona y comunicó a la dirección del partido: “Génova ha decidido”.
Como contábamos arriba, la comisión electoral del partido en Cataluña quedaba en manos de personas de trayectoria divergente de la mantenida por la dirección del PP catalán: los ya citados García Albiol, concejal de Badalona impulsor de una campaña municipal acusada de xenófoba, y Sirera, una persona que ha tomado un sesgo duramente anticatalanista. Ellos sustituían sin debate previo a los hombres de confianza de Piqué, los también citados Vendrell y Luna. En la práctica, el candidato que había aceptado encabezar las listas catalanas quedaba en la práctica sin poder ante el “golpe” dado desde Madrid.
Lo peor no era ese hecho, según nos dicen desde círculos cercanos a Piqué. Lo peor es que desde la sede madrileña del PP se filtró la información al diario “La Vanguardia” con detalles humillantes para Piqué. La frase de Acebes: “Al que no le guste, que se vaya a su casa” dolió mucho al entorno de Josep Piqué.
Con la tinta caliente el ex ministro de Exteriores y ex portavoz del Gobierno de José María Aznar intentó hablar con Rajoy, pero el resultado no fue positivo. Ante esto, Piqué desconvocó la primera reunión del comité electoral prevista para la tarde del jueves. Era un aviso a navegantes, a pesar de que en declaraciones a la prensa Piqué negaba la evidencia y asumía que la decisión de cambiar la dirección del partido en Cataluña estaba consensuada.
Siempre atento a las formas Piqué ha filtrado algún aspecto de la carta de dimisión que ha presentado. En ella muestra su aprecio personal por Rajoy y le desea que gane las próximas elecciones generales. Lo que no ha aclarado Piqué es si dimitirá también como presidente del grupo parlamentario del PP en Cataluña y del resto de sus cargos.
Sea como fuere, Piqué seguramente tirará la toalla y volverá al sector privado. En las numerosas entrevistas realizadas durante las dos campañas anteriores siempre repetía que su afán era “normalizar la presencia del PP” en la vida política catalana. Ello equivalía a quitar radicalidad a las posiciones conservadoras e impulsar una posición parecida a la que sería la de UPN en el ámbito catalán llegando incluso a fagocitar parte de la clientela nacionalista moderada.
Las reacciones, no de la clase política, si no de los foros, mostraban diversos sesgos. Por una parte un sector mostraba su pesar por la desaparición de un político al que reconocen sentido común y cordura. Otro identificado con la militancia del PP, incluso catalana, reclamaba el retorno de Alejo Vidal-Quadras y un endurecimiento de la política de los conservadores catalanes. Y en la órbita popular había también lamentos por la disminución del peso de la derecha dialogante en el partido conservador, aludiendo a Alberto Ruíz-Gallardón como representante de dicho ámbito.
Un concejal abandona
Un sector del PP catalán podría seguir los pasos de Piqué. Sólo un ejemplo: el único concejal popular de la localidad de Berga (15.000 habitantes) en el centro de Cataluña, Josep Saña, presentaba el mismo día su dimisión del partido por considerar que “el PP ataca a Cataluña”.
Saña añadía: “Dejo el PP porque no me inscribo en la ideología del catastrofismo hacia Cataluña y el catalán de la dirección estatal y no me gusta que se diga que aquí se persigue el castellano, lo que no es verdad, o lo que se está haciendo contra el Estatut". Saña militaba en la formación conservadora desde 1995.
Rajoy ni siente ni padece
El presidente del PP, Mariano Rajoy, eludió pronunciarse sobre la dimisión a su llegada a Madrid este jueves a pesar de que un grupo de periodistas le esperaba en la estación de Atocha. Rajoy llegó a la capital sobre las 20.30 horas en un AVE que le trasladó desde Sevilla, tras participar en la Escuela de Verano del PP que se celebra en Islantilla (Huelva).
En la estación de trenes de Atocha le esperaba un grupo de periodistas para conocer su opinión sobre la dimisión de Piqué, que también abandonará su acta de diputado en el Parlament en los próximos días. No obstante, el líder del PP, que mostró un semblante serio, abandonó la madrileña estación de trenes por una zona acotada para el paso de pasajeros del AVE, esquivando de este modo al grupo de periodistas que le aguardaban.
Previamente, uno de los responsables de prensa que acompañan normalmente al líder de la oposición se acercó al grupo de periodistas para indicarles que seguramente Rajoy no haría declaraciones sobre Piqué.
Si (
No(
