El primer ministro francés, François Fillon, y el ministro de Agricultura y Pesca, Michel Barnier, habían solicitado al Ejecutivo comunitario que autorizara una cuota limitada durante un periodo de tres meses, una petición que fue rechazada de plano por la ministra española, Elena Espinosa, al considerar que ya existían datos suficientes sobre el mal estado de los caladeros.
El Ejecutivo comunitario dio la razón a España y recordó que el informe del Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca de la Comisión dictaminó que "no debería considerarse ninguna otra medida de gestión que no sea el cierre completo de la pesca en 2007".
Los expertos estimaron en 30.000 toneladas la cantidad de peces adultos en el caladero, cifra superior a las 18.640 toneladas de la primavera pasada pero que está muy por debajo del nivel en el que podría reiniciarse la pesca comercial sin peligro para la supervivencia de la población de anchoa.
De hecho, el Comité de la Pesca dictaminó, según subrayó Bruselas, que la veda de la anchoa en el Golfo de Vizcaya debería continuar en 2008 hasta que haya estimaciones fiables sobre la cantidad de adultos presentes en la población y la cantidad de anchoas jóvenes que se sumarán al año siguiente. Ello implicaría un cierre de la pesca al menos hasta julio de 2008.
El Ejecutivo comunitario afirmó que "teniendo en cuenta el estado de agotamiento de esta población y el hecho de que la anchoa tiene una corta duración de vida, es esencial que cada anchoa adulta tenga la posibilidad de contribuir a la reconstitución del stock". Para amortiguar el impacto del cierre, Bruselas subrayó que los pescadores afectados pueden beneficiarse de ayudas públicas.
La Comisión "trabajará con los Estados miembros afectados (España y Francia) para utilizar todas las posibilidades existentes en el marco del nuevo Fondo Europeo para la Pesca para conceder ayudas a corto y largo plazo a las flotas afectadas por el mantenimiento del cierre".
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